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Articulos Opinión

Las secuelas del coronavirus en los pacientes recuperados

Por: Dr. Franklin Saavedra Idrogo
Cirujano Docente Clínica Quirúrgica
Escuela de Medicina USAT

Con el paso del tiempo la comunidad médica y científica mundial está comprendiendo un poco más sobre la enfermedad producida por el coronavirus y las secuelas que deja en los pacientes. Analizando los miles de casos, se sabe con certeza que el covid-19 no se comporta como una sola enfermedad; mientras que en algunos pacientes no causa más que una molestia o ninguna de ellas, otros describen no haber sentido nada igual en toda su vida; por lo tanto, la evolución y el pronóstico serán diferentes quedando como un reto descubrirlas para tratarlas.

La recuperación del covid-19 se define como la ausencia de fiebre durante tres días completos y la mejora progresiva de otros síntomas, como la tos y la dificultad respiratoria por un período de siete días. Por otro lado, en un documento técnico se mencionan como criterios para el alta de un paciente covid-19 lo siguiente: mejora de síntomas respiratorios, ausencia de fiebre por tres días, ausencia de síntomas después de 14 días de haberlos iniciado o tener dos pruebas negativas de PCR. Sin embargo, aún no hay claridad para precisar que un paciente ya está recuperado, pues este es un aspecto del cual seguimos estudiando y aprendiendo.

En general, mientras peor sea la enfermedad, más tiempo tardarán en recuperarse, los pacientes que necesitaron ser hospitalizados y conectados a un ventilador que les ayude a respirar en las Unidades de Cuidados Intensivos (UCI), están pasando por un periodo de difícil recuperación.

En el Hospital II Luis Heysen de Chiclayo, hemos realizado un seguimiento a la evolución de los pacientes gravemente enfermos por coronavirus que sobrevivieron en la UCI; durante este periodo se pudo evidenciar que muchos de ellos aún siguen luchando por superar una amplia variedad de síntomas residuales inquietantes, los cuales se presume que podrían persistir durante meses, años o incluso acompañarlos por el resto de sus vidas.

Los problemas de salud a los que se enfrentan aquellos pacientes recuperados se pueden clasificar en: físicos, neurológicos, cognitivos y emocionales. Respecto al primero, Zijian Chen, director médico del Centro para Cuidados Pos-COVID-19 del Sistema de Salud Monte Sinaí, comentó que “el problema físico más importante que se veía en el centro era la dificultad para respirar, lo cual puede deberse a un daño en los pulmones o el corazón, o a un problema de coagulación”. Actualmente hay reportes de pacientes que, como producto de la inflamación generalizada pueden presentar cicatrices a nivel del tejido pulmonar que originan fibrosis y como consecuencia una función pulmonar más reducida; asimismo, los pacientes que ingresan a UCI pasan en promedio de 4 a 6 semanas intubados, sedados y con respiración mecánica. El pasar mucho tiempo postrado en una cama de hospital conlleva a la pérdida de masa muscular, la formación de escaras en zonas de presión y a lesiones nerviosas reversibles de las extremidades.

Los problemas neurológicos, como la reducción de la fuerza muscular, se producen por una debilidad o daño en los nervios a nivel del sistema nervioso periférico. En un estudio Chino del Sistema de Salud Monte Sinaí, se afirma que casi el 40 por ciento de sus pacientes dados de alta aún presentan signos y síntomas neurológicos como cansancio, confusión y poca claridad mental.

Según expertos, los problemas emocionales son muy frecuentes en los pacientes recuperados de coronavirus, esto se debe al gran número de días que pasaron hospitalizados, aislados y sin visitas de familiares. Este cuadro complejo se conoce como estrés postraumático, el cual se manifiesta con dificultad para conciliar el sueño, pesadillas, depresión, sobresaltos, irritabilidad, miedo y ansiedad. Otro factor que puede extender u obstaculizar la recuperación de estos pacientes es un fenómeno llamado delirio hospitalario, un padecimiento relacionado con alucinaciones paranoicas, confusión y ansiedad.

El SARS-Cov-2 llegó abruptamente para quedarse y los desafíos de su abordaje terapéutico no solo se circunscriben al tratamiento médico en los hospitales y en las Unidades de Cuidado Intensivo, sino que van mucho más allá. El elevado número de sobrevivientes que acudirán a los servicios de salud por las secuelas de esta enfermedad significará un gran reto para todos los médicos, psicólogos y terapistas; por ello, desde ahora se debe trabajar en disminuir el deterioro funcional y emocional de los pacientes con Covid-19, así como en los factores que contribuyen a la limitación de sus actividades laborales a corto y largo plazo. Lo más dramático será, enfrentar las restricciones económicas que presentarán los pacientes más vulnerables, en un mundo donde la economía se encuentra gravemente afectada.

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