Retos del profesional contable en los escenarios actuales
Por: Dr. Roberto Che León Poletty
Docente de la Escuela de Contabilidad USAT
Docente de la Escuela de Contabilidad USAT
El contador en los escenarios actuales se enfrenta a un sinnúmero de problemas, para ello debe estar dotado no solo de conocimientos, sino también de habilidades y actitudes personales que le han de imprimir de un sello distintivo en relación con sus pares, en adición a su papel de líder.
Los conocimientos, como ya es sabido, es el cúmulo de saberes impartidos desde el claustro universitario, en donde el egresado adquiere un conjunto de disciplinas como parte de una malla curricular y que han de contribuir con una sólida formación profesional acorde a las exigencias del mercado laboral.
Las habilidades blandas o también llamadas “soft skills”, son las competencias sociales que se adquieren en la vida cotidiana permitiendo integrarnos con éxito en los diferentes ambientes laborales, empresariales o académicos. Las diez “soft skills” más demandadas son: resilencia, pensamiento crítico, compromiso, flexibilidad, trabajo en equipo, mentalidad de crecimiento, aprendizaje constante e independiente, creatividad, toma de decisiones, habilidades digitales. En esta línea también están las llamadas habilidades “duras” referidas a aquellas que la persona necesita para desempeñarse adecuadamente en su organización laboral y que se adquieren producto de los años de formación y experiencia laboral y profesional.
Las actitudes son necesarias para comprender, expresar y regular de manera apropiada los diferentes fenómenos emocionales en nuestra vida cotidiana, permitiéndonos afrontar con éxito los retos y la solución de problemas, así como el de fortalecer nuestras relaciones personales.
El profesional deberá considerar una serie de cualidades para enfrentarse con éxito a un escenario marcado por una pandemia y el teletrabajo y trabajo remoto, en donde la tecnología cada vez más va adquiriendo una mayor fuerza: trabajo en equipo, proactividad, comunicación, pasión por el trabajo (sin descuidar su vida personal y de sus aspiraciones), empatía, negociación, liderazgo, pensamiento estratégico, resiliencia, inteligencia emocional (autoconciencia, autorregulación, habilidad social, empatía).
Por otro lado, el profesional contable debe poseer un estilo de liderazgo transformacional, que aliente, inspire y motive al equipo de sus colaboradores a innovar y crear cambios que ayudarán no solo a crecer sino también a reinventarse a las organizaciones. Este es un estilo de gestión para dar a los colaboradores de más espacio para ser más creativos e innovadores, así como el de propender hacia una empresa más humana, que valore y respete la vida y el desarrollo personal.
La ética profesional es el conjunto de valores, normas, conductas y principios que se reflejan en una empresa o trabajador a fin de alcanzar una mejora en el entorno laboral. Por ello, las cualidades que debe poseer el profesional con ética son: responsabilidad, honestidad, constancia, discreción, respeto. En la medida que el profesional sea ético contribuirá en la empresa a través de: una reducción de riesgos y costos, una mejora en su imagen corporativa; un mejor desempeño en la productividad y de su posición competitiva, mejor acceso al capital, crédito e inversión; un mejor crecimiento sostenido a largo plazo, entre otros.
Finalmente, la sociedad y las instituciones requieren de un profesional contable con un liderazgo sólido, fuerte y articulador, capaz de construir puentes y de un pensamiento de cambio, buscando la justicia, la solidaridad, la tolerancia y la inclusión. Que sepa conectarse con la gente, que sean accesibles, humildes, positivos, generosos, íntegros, y capaces de leer a la gente, de detectar y de valorar el potencial humano. El reto está dado.
