Convivencia familiar: ¿Cómo potenciar los lazos entre los miembros que la conforman?
Por: Dra. Celia Palacios Alva
Colaboradora USAT
Frente al nuevo contexto, como es el retorno a la presencialidad que estamos viviendo, suele tener repercusiones en el seno familiar. Hace dos años, por la Covid 19, tuvimos que velar por nuestra salud permaneciendo en el hogar junto a nuestros seres queridos. Debido a ello, se tuvo como objetivo interactuar y compartir tiempo de calidad en familia.
Desde entonces, es necesario seguir en la búsqueda de estrategias que ayuden a fomentar la interacción, afectividad y equilibrio entre sus integrantes. Aún más si se ha retornado al estudio y trabajo semipresencial puesto que se deben adoptar medidas de cuidado que beneficien la protección y seguridad de todos.
Las investigaciones científicas en los últimos años han aportado suficientes evidencias que, para alcanzar una dinámica apropiada de relación entre las personas, es importante la gestión de climas favorables en particular en el manejo de las emociones, pues disminuye la incidencia de ansiedad, estrés, violencia, depresión, etc1.
Debido a lo mencionado, sale a relucir la comunicación y escucha activa, ambas habilidades sociales que tienen como fin desarrollar una convivencia saludable, sin llegar al autoritarismo o pacifismo extremo. Estas habilidades son realmente cruciales desarrollarlas en el hogar a través de la creación de pautas y normas adecuadas que beneficien a todos respecto al desarrollo de las tareas del hogar y académicas, cuidado de los hijos, recreación, entre otros. Al fomentar la comunicación y escucha entre cada uno estamos evitando la discordia familiar.
Es esencial tener en cuenta que la familia es un sistema abierto, donde uno es parte del otro, en el cual se comparten roles flexibles, expectativas individuales y en conjunto, de forma consciente y con respeto mutuo2. Es así como hay que velar por las alegrías y empatizar los malestares de cada una de las personas con las que convivimos que permitan conocerse cada día y desarrollar lazos familiares seguros.
Asimismo, es importante también generar espacios de encuentros familiares, donde los miembros de la familia se reúnan para dialogar sobre asuntos personales que los aquejan y así fomentar el adecuado desarrollo de vínculos. En dichos espacios se pueden hacer uso de herramientas y juegos virtuales o de mesa, como también compartir un momento para rezar juntos, puesto que no es suficiente ocupar la misma casa, sino compartir con armonía nuestro tiempo.
Hay que recordar también disponer de zonas individuales sin caer en el aislamiento, debido a que los adultos gran parte del tiempo estamos insertos en las obligaciones del trabajo3, a pesar de ello, no debemos olvidarnos de mirar a nuestro alrededor al esposo(a), hijo(a), hermano(a) que necesitan también de nuestra atención.
Por el contrario, si lo descrito no es atendido, fomentamos el distanciamiento tanto personal como entre cónyuges, y afectaría gravemente al clima familiar, evidenciándose en padres e hijos con características de ansiedad, angustia y temor repercutiendo en su óptimo desarrollo y bienestar individual.
También es importante brindar soporte emocional dirigido por una persona de confianza u profesional especializado puesto que va a facilitar el resolver conflictos y desarrollar capacidades personales a favor de la convivencia familiar.
Por último, hay que tener presente que la negociación es la mejor herramienta de solución de conflictos, haciendo uso de la mediación que es identificar cuáles son las necesidades de ambas partes y llegar así a un acuerdo que beneficie a todos los integrantes en el hogar.
1 Rafael Bisquerra. Educación emocional. Propuesta para educadores y familias. Editorial Desclée de Brouwer, S.A., 2011
2 Keller, M. N. (2019). Handbook of Bowen Family Systems Theory and Research Methods: A Systems Model for Family Research. Nueva York.
3 Lucas J. J. Malaisi. Modo creativo: Educación emocional de jóvenes y adultos. Editor Paidós, 2019