Articulos Filosofía y Teología
Inmersos en la luz navideña
Por: Mirtha Flor Cervera Vallejos, Vicerrectora de Profesores e Investigación USAT
La universidad y sus integrantes acogen la presencia de la navidad vivida desde el primer domingo de adviento, donde la corona con la primera vela prendida invita a rezar, cantar y reflexionar como decía un sacerdote durante su homilía “sobre los estándares personales de acreditación que tenemos preparados y listos para ser presentados al Dios Niño”, como evidencia del trabajo realizado durante el año y que al contemplar los resultados, Dios Niño nos diga. ¡profesor!, ¡señor!, ¡madre!, Ud., este año ha ganado el ciento por uno. Ganancia, efectiva y verdadera cuando sintonizamos con Dios, cuando advertimos con nuestra inteligencia que sin Dios nos rompemos, cuando en el vorágine de la tarea docente fuerte y exigente aparece la luz que nos ilumina y nos impele a decir “hay que seguir trabajando”, “hay que seguir formando”.
Entonces la alegría y la esperanza brotan de manera natural aun con problemas que no faltaran mientras estemos vivos. Alegría singular porque Dios ha tomado nuestra naturaleza, quiere nacer nuevamente en el pesebre de nuestro corazón, donde cada profesor, estudiante y trabajador de la universidad este inmerso en su luz divina, la cual nos tiene que guiar en lo que nos falta por vivir, para algunos muchos años, para otros quizá más, lo cierto, es que las pruebas pasadas con salud o enfermedad son la brújula que nos direcciona en nuestro caminar hacia la perfección. Por ello, el Niño Dios nos quiere dar a parte del ciento por uno, una paz sin límites hecha de justicia y de derecho porque nos advierte de las esclavitudes que nos amenazan: Materialismo, egoísmo, pesimismo, intolerancia, rencor, pereza, sensualidad, violencia, esclavitudes, que si las dejamos que se introduzcan en nuestras vidas nos paraliza la meta de ser mejores cada día.
Él nos trae la buena nueva de la salvación, correspondamos, pidiendo que nos libere del mal, que nos enseñe a trabajar, a investigar, a innovar nuestra docencia, a saber con el ejemplo inculcar valores en nuestros estudiantes, a mostrarles el camino de la creatividad y de los procedimientos, acompañándolos, corrigiéndolos, ayudándoles que se acerquen a Dios porque estamos convencidos que nos ama y nos espera siempre.
Imitemos a los pastores que hicieron caso de la invitación de los ángeles y corrieron a Belén y reconocieron al mesías a pesar de la extrema pobreza de su venida. Nosotros igual tengamos esa actitud de acogida junto con María y José, más ahora que cursamos un año de la misericordia, tengamos preferencia por los pobres, enfermos y desamparados y mostremos la luz navideña desde la universidad.
