Beneficios de la actividad física para la salud mental
Por: Marilia Cortez Vidal
Docente de la Escuela de Psicología USAT
Docente de la Escuela de Psicología USAT
“Mente sana, cuerpo sano”, frase que hace referencia a los estilos de vida saludable; la misma que la hemos escuchado desde la niñez hasta el día de hoy, sin embargo, pareciera que en ocasiones nos olvidamos o dejamos de lado el realizar actividad física, en algunos casos, a medida que la persona desarrolla y crece, estas prácticas van disminuyendo.
Es importante señalar que la actividad física es entendida como “cualquier movimiento voluntario que produce un gasto de energía adicional al que nuestro cuerpo necesita para mantenernos bien de salud”, aunque se conozca su significado y nos informen de los beneficios para la salud, sigue siendo dificultoso ponerlo en práctica.
Sin embargo, es necesario mencionarlo una vez más, la actividad física proporciona a nivel biológico reducción de padecer enfermedades cardiovasculares, hipertensión arterial, cáncer y diabetes, ayuda a controlar el sobrepeso, la obesidad; fortalece y endurece los huesos y fortalece los músculos.
En cuanto a la salud mental, mejora el estado de ánimo, disminuye el riesgo de padecer estrés, ansiedad y depresión, aumenta la autoestima; proporciona bienestar psicológico y fomenta la sociabilidad y las relaciones con otras personas.
Así también, se ha comprobado que la actividad física hace que las personas alcancen la “plenitud” “se sientan bien”; igualmente es capaz de otorgarles habilidad para dar respuesta y capacidad de afronte ante eventos negativos que puedan suscitarse en el transcurso de su día a día, por tanto, ayuda a que evalúe sus experiencias cotidianas como menos estresantes.
Estudios han demostrado que existe relación positiva entre la actividad física y la salud mental, ya que el progreso de la salud que se consigue a través de la actividad física, proporciona a las personas sensación de control, capacidad y autosuficiencia; esta puede convertirse en un estado de meditación tomando conciencia de estar relajado; despierta la diversión y una buena forma de distracción, llegando a liberar a la persona, al menos durante un lapso de tiempo de emociones y pensamientos desagradables. El contexto donde se realiza la actividad física, ya sea con un amigo o un familiar, resulta en gran medida un reforzador social, que favorece de manera óptima a la salud mental.
Cuando una persona siente preocupación excesiva o tiene ideas invasivas y negativas, es mejor realizar actividades que brinden estado de relajación y ante indicadores o malestares físicos, practicar actividades que involucren un gasto de energía.
Algunas recomendaciones para propiciar la actividad física, son: caminar diariamente aproximadamente 30 minutos, comenzando con un paseo de 10’; bajar del autobús antes de llegar al paradero; subir y bajar escaleras; caminar en los alrededores de la casa; entregar mensajes personalmente, no vía mensajes de texto estando en el mismo lugar; reducir los períodos de inactividad, tales como ver la televisión; levantarse y cambiar los canales de la TV manualmente; levantarse del sofá o silla cada hora y realizar estiramientos y ejercicios de flexibilidad. En cuanto a las tareas en el hogar se recomienda: la jardinería; mudanza de muebles o cajas; limpieza en la casa.
Aunque algunas actividades antes mencionadas no sean prudentes realizarlas hoy en día por el evento que acontece, es importante poner en práctica aquellas que sean factibles de hacer, u otras que se ajusten a cada persona, ya que ello dependerá para que la salud en general se mantenga, propiciando un completo estado de bienestar tanto físico, psicológico y social.
