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El cambio climático y la energía solar fotovoltaica
Por: Ing. Alejandro Vera- Docente de la Facultad de Ingeniería USAT
Durante este verano y, sobre todo estos últimos días, la costa norte de nuestro país ha sentido en carne propia lo que significa el cambio climático y sus consecuencias; además, estas manifestaciones nos han dado una idea de lo que aún nos falta vivir en el futuro. Hemos sido víctimas de lluvias intensas y recurrentes, huaicos, inundaciones y días calurosos, que no pudieron ser mitigados ni con ventiladores. En algunas ciudades del país, la naturaleza se ha mostrado impredecible e incontrolable. Para la mayoría de personas, sobre todo para quienes han sufrido su fuerza inclemente, resulta inevitable preguntar: ¿qué está sucediendo?
El Servicio Nacional de Meteorología e Hidrología (Senamhi) asegura que son dos los elementos que han generado los acontecimientos climáticos recientes, entre ellos las lluvias y las temperaturas que superan los máximos históricos. Una de esas razones es el atípico calentamiento del océano Pacífico frente a la costa central y sur del país, donde la temperatura del mar se encuentra uno o dos grados por encima de sus valores usuales. También se añade que, otra de las causas es una masa de aire cálido y húmedo, procedente de la zona del Pacífico Ecuatorial, que se ha instalado en regiones costeras del Perú.
El aire que está sobre el agua de mar se calienta más y con la brisa llega a las ciudades ; por eso, los termómetros registran un promedio de 30 grados y se experimenta una sensación terrible de calor. Asimismo, este calentamiento hace que el agua de mar se evapore mucho más de lo normal, generando excesivas nubes que se desplazan a la sierra para descargar grandes cantidades de agua y, que a su vez, aumentan el caudal de los ríos y el nivel de las quebradas. Las consecuencias ya las estamos viviendo y observando por la televisión.
A diferencia del «Fenómeno El Niño», cuyas ondas calientes (ondas Kelvin) recorren las costas del Pacífico, ahora está ocurriendo un evento meteorológico local, según el doctor Ken Takahashi, Director de Ciencias de la Atmósfera e Hidrósfera del Instituto Geofísico del Perú (IGP) y miembro del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN), este inusual calentamiento del mar peruano que ha sido bautizado como «El Niño Costero» es una especie de pared de lluvias en el norte peruano que impide que los vientos alisios, naturales del océano Pacífico, “refresquen” las aguas calientes del norte y se mantenga el equilibrio.
Si con el aumento de 2 grados la situación estaba muy dura, estos últimos días de acuerdo a los registros del ENFEN, la temperatura del mar se ha incrementado considerablemente en el norte del Perú y en algunas zonas como el puerto de Paita, región de Piura, ha alcanzado hasta más de 6 grados de la temperatura normal.
La respuesta a este evento sigue latente, pero lo más seguro es que se deba al calentamiento global, caracterizado por el aumento gradual de las temperaturas de la atmósfera y océanos de la Tierra, que además continuarán aumentando según proyecciones a futuro. Las temperaturas de la superficie terrestre de los últimos 100 años, muestran un aumento de aproximadamente 0.8ºC y la mayor parte de este aumento ha sido en los últimos 30 años.
Las proyecciones a partir de modelos de clima fueron resumidas en el Cuarto Reporte del IPCC (Panel Intergubernamental sobre Cambio Climático) en el 2007. Indican que la temperatura global probablemente seguirá aumentando durante el siglo XXI, entre 1.1 y 2.9ºC en el escenario de emisiones más bajo y entre 2.4 y 6.4ºC en el de mayores emisiones.
Un aumento de la temperatura global se manifestará en cambios, como ya se están observando a nivel mundial, entre los que podemos enumerar:
- Aumento de los niveles del mar
- Cambios en el patrón y cantidad de precipitaciones
Otros efectos incluirían climas extremos más frecuentes, lo que incluye sequías, olas de calor, huracanes y precipitaciones fuertes. Se esperan extinciones de especies.
Todo lo que actualmente estamos experimentando es muy duro; pero, podemos contribuir a mejorar la situación. Si bien es cierto, no podemos predecir el comportamiento de la temperatura, que trae como consecuencia el corte de agua potable en algunos lugares por la contaminación con lodo; sí podemos abastecernos de energía , a través de instalaciones fotovoltaicas autónomas, las cuales trabajan para cada casa de manera independiente, duran hasta 25 años con buen mantenimiento y pueden utilizarse hasta en los lugares más alejados. Para su uso solo se necesita la irradiación solar, en el norte del Perú eso nos favorece, porque tenemos permanentemente días soleados y aún si fueran nublados, estos paneles solares solo bajarían un poco su rendimiento, pero seguirían funcionando.
Este evento pasará y nos dejará grandes lecciones, entre ellas: preparar a las ciudades del norte para próximos fenómenos a través de construcción de puentes, zonas de descargas de agua en condiciones óptimas, sistemas de bombeo a la mano y, además internalizar la magnitud del calentamiento global.