Claves para potenciar el pensamiento optimista durante la pandemia
Docente de la Escuela de Psicología USAT
El dar una connotación o significado positivo a los eventos, estaríamos camino a acoger una actitud optimista, pero para poder abrazar ese deseo de optimismo es necesario potenciar nuestros pensamientos, ser capaz de lo que interpreté como negativo, llegue a transformarlo en positivo y actuar en función a ello.
Es preciso señalar que para entender lo que significa optimismo, es prestar atención a dos consideraciones, la primera, el optimismo como rasgo de personalidad, el mismo que es tomado como una fortaleza del carácter. Y la segunda, como estilo explicativo, es decir, la persona tiende a explicar que los eventos negativos son hechos puntuales, inestables y que no permanecerán en el tiempo.
El famoso psicólogo William James, sostuvo que “el pesimismo lleva a la debilidad, el optimismo al poder”, de manera que son nuestros pensamientos los que influyen en nuestras acciones; pensamientos pesimistas llevarán a realizar menos acciones, arriesgarse menos y perder oportunidades; en cambio una tendencia al optimismo, conllevará a abrir más puertas y conseguir más.
Potenciar el pensamiento optimista, en estos tiempos de pandemia, beneficiaría a convivir con los demás de forma “natural”, y a su vez fortalecer la empatía, canalizar emociones y generar estilos de afronte; por tanto, he aquí algunas consideraciones a tener en cuenta para su desarrollo:
Centrarse en el problema, focalizar la atención en dar solución al problema, propiciar lluvia de ideas, y evaluar antes de elegir, la que mejor se ajuste y sea posible de concretar; evitar prestar atención solo a los aspectos negativos del problema, ya que ello no favorecerá a desarrollar estrategias o identificar las que ya se contaban, y que por la sobrecarga, no se logró observar a tiempo.
Memoria y pensamiento, realizar ejercicios donde se busque recordar momentos que nos hicieron felices y vivirlos como si estuviera sucediendo en el presente, ello nos permitirá reflexionar que aunque nuestro día no haya sido “muy bueno”, siempre habrá algo que nos haga sonreír.
Relacionarse con personas optimistas, el optimismo es contagioso y una buena forma de desarrollarlo es relacionarse, ya sea de manera directa o indirecta (redes sociales), con personas que lo sean y tratar de anotar ideas o frases positivas que puedan surgir, un punto importante y que ayuda como complemento es el sentido del humor.
Negativo a positivo, extraer lo positivo de experiencias negativas, teniendo en mente que vendrán otras circunstancias, nuevos problemas, pero a pesar de ello “sí se puede” o mejor aún reemplazar esta frase por “sí se quiere; entendiéndose el querer como el afrontar con optimismo”.
Reforzar los logros, aplaudir nuestras victorias aunque estas puedan ser pequeñas, no olvidar que todo lo logrado, demandó esfuerzo, de manera que celebrando lo obtenido, fortalece el pensamiento optimista, motivándonos a seguir desempeñándonos y ser creativos en lo que realicemos.
Seleccionar la información a la cual se tiene acceso, filtrar la información y procurar “apagar” aquella que nos genera tristeza, angustia o ideas pesimistas, ya que se ha demostrado que mientras menos acceso a información negativa se tenga, más felices nos sentiremos y por ende dará cabida a pensamientos positivos.
El optimismo, podría convertirse en un modo de vivir, siempre y cuando las ideas positivas que se generen se pongan en práctica, ya que por sí solo “el pensar” no contribuirá al cambio, para que esto suceda, se deberá actuar congruentemente con lo que se tenga en mente. Ejercitarse, ser constante y generar ideas positivas, fortalecerá el carácter, lograremos contagiarlo a los demás y fomentará el bienestar.