¿Cómo afrontar la ansiedad y el miedo ante un sismo?
Docente de la Escuela de Psicología USAT
Ante ello es necesario referir que la ansiedad es producto de una valoración cognitiva que suele manifestarse de forma generalizada en el cuerpo y cuya respuesta incluye las emociones, por ejemplo, el miedo. Es natural sentir miedo ante eventos que desconocemos o que hemos experimentado, el miedo como una emoción puede desencadenar en la persona quedarse paralizada ante la amenaza o huir de una situación peligrosa, ambas formas podrían generar cuadros de estrés si no se toma medidas para su control y por ende en el actuar.
El temor no debe tener una connotación negativa si se sabe cómo afrontarlo. Es preciso reconocer que se tiene miedo, reconociéndolo será importante para dar el primer paso: no tener control del día a día, aunque la persona se considere organizada, existe cierta incertidumbre ante lo desconocido, en este caso, no se puede controlar a la naturaleza y como segundo paso: ampliar la percepción y atención de los pensamientos es decir, no centrarse en aquellos catastróficos los cuales perjudicarían la salud mental.
Estos pasos están condicionados a contar con algunas estrategias que se mencionan a continuación:
- Al levantarse iniciar con una actividad, la misma que nos mantenga ocupado gran parte del día.
- Si sentimos que la respiración se acelera, realizar 3 a 4 respiraciones lentas y profundas a la vez proporcionarse mensajes tranquilizadores y escribirlos ubicándolos en un lugar visible, al cual se pueda recurrir cada vez que sea necesario.
- Nombrar las emociones y cuán intensas son, ello fortalecerá a su reconocimiento.
- Recurrir a un ambiente físico o visualizar uno que aporte seguridad y serenidad.
- Mantener relaciones saludables con los demás es un indicador para la generación de emociones positivas, las cuales reducirán la presencia de preocupaciones.
- Contar con una persona significativa con la finalidad de dialogar y expresar las emociones es una buena forma de realizar catarsis, si en caso hay dificultad para comunicarse entonces es recomendable escribir una carta o llevar un diario, ambos tienen el mismo objetivo.
- Realizar actividad física, ello mejorará el estado de ánimo; la actividad física es uno de los recursos que forma parte del espiral ascendente hacia el bienestar general.
- Planificar las actividades pendientes y destinar un horario para cada una de ellas, esta estrategia favorecerá a no agobiarse por las tareas diarias.
- Antes de retirarse a dormir, realizar un resumen de todo lo que se disfrutó en el día y experimentar aquellas emociones positivas que formaron parte de ella.
Estas estrategias permitirán focalizarse y mantener la calma ante sucesos que puedan presentarse de manera imprevista, la persona estará preparada para poder controlar sus emociones y hará uso de los recursos que irá fortaleciendo.
Cabe agregar que el estar preparados también conlleva a tener lista una mochila de emergencia la misma que deberá contener lo indispensable para suplir las necesidades, de igual modo a esa mochila también es necesario incluir dos herramientas más: optimismo y serenidad, herramientas que serán utilizadas cada vez que se requiera.