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Cuaresma
Capellán de la Facultad de Medicina USAT
La cuaresma inicia con el miércoles de ceniza y termina el Jueves Santo, antes de la celebración de la cena del Señor. Lo característico de la celebración del miércoles de ceniza es la imposición de la ceniza en señal de penitencia y duelo que tiene raíces bíblicas “entonces Josué y todos los jefes de Israel rasgaron sus vestidos, se cubrieron de ceniza la cabeza y permanecieron postrados delante del Arca del Señor hasta la tarde” (Jos 7,6). A partir del siglo X, con este rito se quiso dar una expresión sensible a las palabras del texto litúrgico, de esta manera, se convirtió para los pecadores en manifestación pública de penitencia. Actualmente, si bien es cierto que la participación de esta celebración no es de precepto, es decir, no hay obligación de participar en la liturgia de este día, sin embargo, es muy recomendable para iniciar adecuadamente el itinerario cuaresmal.
El Papa Francisco en su mensaje para la cuaresma 2024, relacionando el evento de la liberación del pueblo de Israel de Egipto con la cuaresma, afirma que también el pueblo creyente lleva dentro de sí ataduras opresoras o esclavitudes de las cuales necesita liberarse y propone algunos pasos. El primero consiste en ver la realidad, así como Dios se conmueve al ver la opresión de su pueblo, también nosotros estamos llamados a ver la realidad y a dejarnos conmover por ella buscando soluciones a la mentira y las injusticias que se palpan a diario; el segundo paso es la conversión, de libertad, la cuaresma sería ese espacio en el que nuestra libertad puede madurar en una decisión personal de no volver a caer en la esclavitud del pecado; el último paso es detenerse, para hacer oración, para acoger la Palabra de Dios y auxiliar el hermano herido, al hermano que sufre. Por lo tanto, en este tiempo de cuaresma estamos invitados a lo siguiente: a) una oración más intensa y prolongada; b) a la penitencia; c) a las obras de caridad (cf SC 109-110).
En cuanto a la oración, es muy recomendable la lectura y contemplación de los relatos de la Pasión del Señor y la participación en el rezo del Vía Crucis. La penitencia es otra de las formas de tomar conciencia del sacrificio de Cristo, en ese sentido la Iglesia prescribe el ayuno y la abstinencia de carne el miércoles de ceniza y el Viernes Santo, además, todos los viernes de cuaresma prescribe la abstinencia de carne. Según las leyes de la Iglesia, la abstinencia obliga a los que han cumplido 14 años en adelante y el ayuno a todos los fieles entre 18 y 59 años (CIC 1252). Están exceptuados todos aquellos que por prescripción médica vienen desaconsejadas estas prácticas. La cuaresma es también una ocasión para acercarnos a Cristo sufriente en los pobres, es un tiempo para llevar a cabo acciones caritativas en bien de las personas necesitadas.
Finalmente, todas estas prácticas cuaresmales no tienen sentido si por sí mismos, sino en la medida en que nos ayudan a transformar nuestro corazón, a convertirnos. La conversión implica un cambio de mentalidad y consecuentemente un cambio de modo de actuar y de vivir, más en sintonía con las enseñanzas del evangelio. ¡Que vivamos con intensidad esta cuaresma!