Día de la madre: El heroísmo de darse
Cada segundo domingo de mayo, en Perú y en muchos países se celebra el día en honor a las madres. En esta fecha, debemos reconocer la gran labor que llevan a cabo con mucho amor estas mujeres.
Mucho se habla de la elección de ‘maternar’, cuando es preciso recordar que ser mamá es un don, un regalo que se da a quienes han sido elegidas para cumplir la misión de traer al mundo a un bebé, una vida nueva, una historia que impactará al mundo. La mujer que recibe con gratitud este encargo, asume con valentía que tendrá una tarea titánica de por vida. El título de mamá se lleva hasta el último instante de la existencia, e incluso, traspasa la frontera del plano físico hasta la eternidad.
¿Qué implica ser madre en la actualidad?
Si hablamos de la esencia de la maternidad, es necesario remontarnos a la primera mujer, que en el Génesis se llama Eva, “aquella que da vida”. Esa capacidad de dar vida define a la mujer; desde la forma más evidente, es decir, la maternidad biológica, hasta otras maneras diferentes. La maternidad natural tiene un efecto en la mujer, pues siendo madre, experimenta una transformación física y espiritual que imprime carácter y marca tanto su cuerpo como su alma.
Por otro lado, hay mujeres que no viven la maternidad de manera física pero sí en otras dimensiones, por ejemplo, la maternidad por adopción, las madres religiosas, las docentes, las enfermeras, las dedicadas al servicio y cuidado de los demás, etc. Todas y cada una de ellas abrazan la entrega permanente, con marcado heroísmo, pues son capaces de anteponer el bien del otro por encima del de sí mismas.
Si bien los tiempos modernos pueden haber afectado la organización, la oportunidad de compartir más horas al día con sus hijos, la sensación de culpa por no estar presente, etc., los factores externos no disminuyen su esencia ni su tendencia femenina a la capacidad de escucha, de estar atenta a lo escondido. A pesar de todo, la madre se permite habitar lo cotidiano, ser sensible a la belleza y el misterio del día a día.
La misión trascendental
Como bien expresa el papa Francisco, necesitamos aprender de las madres que el heroísmo está en darse: “Un mundo que mira al futuro sin mirada materna es miope. Podrá aumentar los beneficios, pero ya no sabrá ver a los hombres como hijos. Tendrá ganancias, pero no serán para todos. Viviremos en la misma casa, pero no como hermanos. La familia humana se fundamenta en las madres”. La característica clave y necesaria en la relación de madre-hijo es la ternura. “Un mundo en el que la ternura materna ha sido relegada a un mero sentimiento podrá ser rico de cosas, pero no rico de futuro”. (S.S. Francisco, 1 de enero del 2019)
Las madres son las primeras catequistas de los hijos, en sentido más profundo, de enseñar la dimensión religiosa: “en las primeras oraciones, en los primeros gestos de devoción que aprende un niño[…] Sin las madres, no sólo no habría nuevos fieles, sino que la fe perdería buena parte de su calor sencillo y profundo”. (Amoris Laetita, p.174)
“Las madres son el antídoto más fuerte a la difusión del individualismo egoísta. Las madres se dividen a partir del momento en el que acogen a un hijo para darlo al mundo y criarlo”. (S.S. Francisco, Audiencia general, 7 de enero de 2015) Probablemente, la solución a muchos de los problemas que aquejan a la sociedad, serían resueltos en gran medida, en manos de las madres amorosas y comprensivas, capaces de comunicar a sus hijos el bien y la esperanza.
Fuentes:
https://democresia.es/pensamiento/antropologia-filosofica/genio-femenino-la-maternidad-esencia/
https://opusdei.org/es-co/article/que-podemos-aprender-de-las-mamas-7-frases-del-papa-francisco/
