Día internacional de concienciación sobre el ruido
Por: MSc. Chavarry Castillo Ricardo Valdemar
Coordinador Ambiental USAT
Desde 1996 se conmemora a nivel mundial, el último miércoles de abril, el día internacional de concienciación sobre el ruido.
El ruido es un sonido perturbador, que se considera responsable de varios efectos adversos auditivos y no auditivos sobre la salud y el bienestar humano, que varían desde la simple molestia hasta la pérdida auditiva[1].
La Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que 1100 millones de jóvenes de todo el mundo podrían estar en riesgo de sufrir pérdida de audición debido a prácticas auditivas perjudiciales.
La Comisión Europea precisa que cerca de 70 millones de europeos residentes en ciudades se ven expuestos a niveles de ruido superiores a 55 decibelios, generados exclusivamente, por el tráfico. Dato preocupante, puesto que, la OMS señala que la exposición a largo plazo a estos niveles puede elevar la presión arterial y provocar ataques cardíacos.
En el Perú, en mayo de 2015, el Organismo de Evaluación y Fiscalización Ambiental (OEFA) realizó una campaña de mediciones de ruido ambiental en Lima Metropolitana y la Provincia Constitucional del Callao, alcanzando un total de 250 puntos, distribuidos en los 49 distritos que conforman las dos provincias. Gracias a esta iniciativa se logró determinar que los vehículos de transporte son los principales generadores de ruido ambiental, debido al mal uso de bocinas y a su falta de mantenimiento.
En ese sentido, se deben implementar políticas de estado en el sector transporte que agudice el control mediante las entidades de fiscalización ambiental; así como, fomentar incentivos para modernizar el transporte público.
Por otro lado, resulta de vital importancia que los gobiernos locales regulen y apliquen la legislación vigente en el marco de sus funciones; asimismo, planifiquen y estructuren la zonificación acústica en su jurisdicción y realicen sensibilización a la población con respecto a los riesgos de contaminación sonora mediante campañas de información pública.
Finalmente, los titulares de vehículos, actividades recreativas, productivas, extractivas entre otras; deben implementar medidas de prevención, control y mitigación de los niveles de presión sonora en cumplimiento de los Estándares de Calidad Ambiental para Ruido.[1] Jones (2010)