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Articulos Opinión

Ecología industrial: importancia y desafíos

Por: Maximiliano Arroyo Ulloa
Docente de la Escuela de Ingeniería Industrial


El primer acercamiento hacia una definición de Ecología Industrial (EI por sus siglas) la tuvo en 1989 Robert Frosh y Nicholas Gallopoulos en su artículo “Estrategias de manufactura” publicado en la revista “Scientific American”, donde manifestaban el interés de comprender cómo reducir la producción de residuos a los largo de los procesos industriales y a su vez cómo gestionar estos residuos y los productos que llegaban al final de su vida útil, para valorizarlos y destinarlos como insumos para otros proceso de producción. Lo que más tarde denominarían un sistema eco-industrial como resultado de una analogía con los ecosistemas naturales, caracterizado por tres factores: diseño del producto pero con miras a ser reciclado o reutilizado al final de su ciclo de vida; internalización de los costos de disposición de residuos y; responsabilidad de la empresa. En base a dicha analogía se introdujeron los conceptos de metabolismo industrial y simbiosis industrial.

El metabolismo industrial está referido al conocimiento en detalle de la cadena de procesos físicos que transforman la materia prima + energía + trabajo en productos y residuos. Esto con el objetivo de estudiar el flujo de materiales a través de la sociedad y comprender el origen, causas y efectos de las emisiones generadas en los procesos productivos, que la final terminan contaminando el aire, suelos y fuentes de agua. Entendiendo la cadena de procesos se abren las posibilidades de poder interactuar sobre los mismos en busca de mejorar su eficiencia.

Por su parte, la simbiosis industrial analiza los flujos de materia y energía que se dan en la economía regional o local con el objetivo de promover ventajas competitivas mediante el intercambio de materia – energía – agua – subproductos. Es decir, mediante la colaboración entre empresas y la creación de sinergias locales.

La ecología industrial es una disciplina que afronta la problemática ambiental, mediante la integración de una serie de instrumentos para generar ciclos cerrados de recursos, energía y servicios entre las industrias locales.  Es decir, que la EI parte del principio que cualquier subproducto o residuo de un proceso productivo puede ser considerado la materia prima requerida en otro ciclo productivo. Bajo este principio, son varios los países que han puesto en práctica la simbiosis industrial, en donde al costado de una fábrica se preveía otra fábrica que se abastecía de residuos y subproductos de la primera. Por ejemplo, la empresa siderúrgica en Chimbote genera material residual que se podrían utilizar en una cementera, así como utilizar los gases de los hornos para alimentar un sistema termoeléctrico para la generación de energía eléctrica que puede volver a ser utilizada en la siderúrgica o la cementera. Podemos verlo desde otro punto geográfico, en donde los gases emitidos por las azucareras pueden ser reutilizados para la generación de energía eléctrica y ser reutilizada. O quizá los efluentes de las agroindustrias que evaluando y mejorando sus concentraciones podrían ser utilizadas para el riego de los mismo productos que demanda el sector.

Se pueden proponer un buen número de alternativas a ser aplicada a la Región Lambayeque, tal como se venía mostrando por La Escuela de Ingeniería industrial – USAT en las presentaciones académicas de Poster de Ecología Industrial desde el año 2016 hasta el 2019, eventos que contaron con la participación de autoridades regionales, académicas y algunos empresarios. Pero dada la poca fortalecida relación universidad-empresa, las propuestas e iniciativas para interactuar con el sector productivo, dependen en gran parte del interés del empresario y de su visión para adaptarse a las tendencias de nuevos  modelos de gestión y tecnologías amigables, que representan en el corto-mediano plazo un impacto positivo para la economía y el desarrollo sostenible del territorio. La ecología industrial ha sido y es una oportunidad de diversificar el sector productivo, generando impacto positivo en el entorno ambiental y reducir la demanda de recursos.

En el proceso de reactivación de las actividades productivas, como consecuencia de la pandemia del Covid-19, el crecimiento económico, inclusive y sostenido es esencial para el desarrollo del país. La ecología industrial, en este caso, también nos muestra el camino a seguir.

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