El Alzheimer ¿podemos prevenirlo?
Docente Clínica Quirúrgica USAT
La Organización Mundial de la Salud (OMS) define la demencia como un conjunto de síntomas neurológicos generalmente de naturaleza crónica y progresiva caracterizado por el deterioro de la función cognitiva (capacidad para procesar el pensamiento) o declinación progresiva de las funciones mentales (memoria, razonamiento, juicio y orientación) que se reflejan por diversos tipos de lesiones orgánicas del cerebro afectando el desenvolvimiento de las personas. La forma más común de este tipo de enfermedades cerebrales es la demencia senil o enfermedad de Alzheimer. El nombre se origina por el Dr. Aloís Alzheimer, neurólogo alemán, que en el año de 1907 describió los síntomas característicos en una paciente de 48 años de edad.
El Alzheimer se caracteriza por un trastorno cerebral que afecta de forma grave la capacidad de una persona para realizar sus actividades cotidianas y empieza de manera leve, de progresión lenta, manifestándose con dificultades para recordar sucesos recientes o nombres de familiares cercanos; sin embargo, es necesario mencionar que no todos los pacientes que tienen deterioro cognitivo leve desarrollarán la enfermedad de Alzheimer. A medida que avanzan los años los síntomas empeoran y aparecen dificultades para hablar, escribir o leer, olvidan como peinarse el cabello o cepillarse los dientes, se vuelven ansiosos, ensimismados y hasta deambulan lejos de casa, para entonces ya requieren de cuidados permanentes creando un problema importante para la familia.
Para septiembre del 2021, la OMS informa que aproximadamente 36 millones de personas padecen Alzheimer en todo el mundo, proyectándose cifras de 43 millones para el año 2030. Con respecto a su distribución se observa que más del 60% se presenta en los países con ingresos económicos medios y bajos; la edad de inicio suele ser a partir de los 60 años y su frecuencia se incrementa en la medida que aumenta la población adulta mayor.
En Perú para el año 2019 el Ministerio de Salud reportó que más de 200 mil personas mayores de 60 años padece la enfermedad de Alzheimer. Es tal la importancia de esta enfermedad que la OMS y la Federación Internacional de Alzheimer conmemoran el 21 de septiembre como el día mundial del Alzheimer con el propósito de difundir información al respecto.
Si bien hay tratamientos disponibles que pueden mejorar algunos síntomas de la enfermedad, hasta el momento no hay cura disponible y la enfermedad progresa inevitablemente en todos los pacientes. Estudios actuales demuestran que las terapias con anticuerpos anti-amiloide, solo son efectivas cuando se inician antes de la aparición de los síntomas y permiten prevenir o retrasar la progresión de la enfermedad; por lo tanto, es necesario alentar a todos los pacientes que mantengan una actividad física diaria y vigilada, practiquen actividades de ocio cognitivo (crucigramas, mándalas para colorear, pupiletras, etc) y conserven una frecuente interacción social mientras sea posible. Los cambios de estilo de vida deben darse antes de la aparición de los síntomas para prevenirlos, si es que esto es finalmente posible.
Cabe mencionar que estudios observacionales recientes han encontrado asociación entre una mayor ingesta de antioxidantes y un riesgo menor de desarrollar Alzheimer, a partir de entonces se ha generado interés creciente a evaluar el uso de la vitamina E, betacarotenos, flavonoides y vitamina C en la prevención de esta enfermedad.