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Articulos Economía

El desenvolvimiento económico de China y su impacto en el mundo

Mg. Giancarlo Barandiarán Espejo
Docente de la Facultad de Empresariales
China ha protagonizado, sin lugar a dudas, el milagro económico de las últimas décadas. Pero, ¿se está quedando sin fuerzas? y ¿por qué debería importarle al resto del mundo?

La economía de China es ahora aproximadamente cuarenta veces más grande que en 1980. En ese momento, el país dependía de la abundante mano de obra barata para convertirse en el mayor fabricante y exportador de bienes del planeta, lo que representaba una quinta parte del comercio mundial. Sin embargo, su ritmo de crecimiento ha disminuido. Según cifras oficiales la economía china creció 6,6% en 2018, pero los economistas independientes creen que pudo estar cerca del 5%. En todo caso, cualquiera que sea la cifra real, 2018 fue el año de menor crecimiento del gigante asiático desde 1990, básicamente porque a medida que el país prosperaba también subían los salarios de sus trabajadores y como resultado China perdió parte de su ventaja competitiva frente a Vietman y Filipinas.

Desagregando algunas de las causas de la desaceleración de la economía china, nos encontramos con dos ejes principales: el primero, la estimulación del consumo interno como una búsqueda de alternativas para evitar su constante dependencia de las exportaciones y el segundo, su creciente nivel de deuda pública que, junto con el endeudamiento de las empresas y los consumidores es casi tres veces más que el tamaño de los ingresos anuales del país, y las medidas impuestas por el gobierno para frenar los préstamos han afectado el gasto y la inversión, lo que también ha contribuido a la desaceleración.

Todo esto ha encendido alarmas a nivel internacional en lo referente a la salud económica del país asiático ya que la estimulación del consumo interno no ha tenido los resultados pensados debido a que la manufactura que representaba dos quintas partes de la economía se contrajo en diciembre de 2018, cada vez más los hogares chinos están reduciendo el gasto y las ventas al por menor han sufrido el crecimiento más lento de los últimos quince años. Si bien estas cifras deben tratarse siempre con cautela los inversionistas están preocupados.

En cuanto al mercado de capitales, la Bolsa de Shanghái ha perdido un cuarto de su valor en 2018 y no olvidemos la guerra comercial con Estados Unidos que impuso aranceles en ambas partes, aunque ese impacto hasta ahora ha sido limitado, existiría la preocupación de que ese enfrentamiento escale y ponga en riesgo las cifras de comercio mundial.

Para un país como el Perú cuyo comercio bilateral con China lo constituyen principalmente actividades extractivas como la minería y la agricultura, resulta vital desarrollar con éxito los diferentes proyectos mineros, en especial aquellos relacionados con el cobre debido a que es el mineral que nos ha supuesto mayor crecimiento y ventaja comparativa frente a otros países. Sólo en el 2018 las exportaciones cupríferas ascendieron a US$13,488 millones, cifra que refleja un crecimiento de 8.6% frente al año 2017, cuyos principales mercados fueron China (65%), Japón (9%) y Corea del Sur (6%). Actualmente, la cartera de proyectos cupríferos del Perú se encuentra perjudicada por bloqueo de vías y problemas de carácter social; por lo que muchas empresas chinas están buscando en otros países, satisfacer su demanda de cobre y otros minerales.

Sin embargo, dentro de este escenario de incertidumbre, Perú ha sabido convertir en oportunidades tanto contextos externos: la guerra comercial de China con Estados Unidos, como internos: los inconvenientes en sus proyectos mineros, mediante los Tratados de Libre Comercio que tiene con Estados Unidos y China, buscando con este último una negociación y optimización para no sólo depender de actividades extractivas sino atraer inversiones en sectores de telecomunicaciones, transporte, logística, servicios financieros, entre otros. En otras palabras, diversificando la cartera de sectores que podemos comercializar con el gigante asiático.

En síntesis, tanto para el Perú como para el resto del mundo, una desaceleración en la economía de China va a tener repercusiones si las compañías y las personas consumen menos de lo que se espera. Pero, ¿es tan oscuro el panorama? Pues puede ser que su crecimiento excepcional esté terminado. No obstante, para el presente año, el Gobierno Chino se ha trazado objetivos para lograr el desarrollo de su economía, los cuales consistirán en garantizar el funcionamiento económico, mantener un PBI entre 6% y 6.5%, fomentar la apertura internacional integral, promover la construcción de la Franja y la Ruta, impulsar la liberalización y facilitación del comercio y la inversión. Por todo ello, para el año 2030 los economistas creemos que el crecimiento se habrá estabilizado hasta aproximadamente un tercio de su valor actual e incluso aunque ese fuera el panorama sería suficiente para asegurar que China supere a Estados Unidos y se posicione como la mayor economía del mundo.

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