El duelo patológico, un enemigo de la salud mental
Estudiante de la Escuela de Psicología USAT
El duelo patológico es un tema de suma importancia para la salud mental, por este motivo se planteó la siguiente pregunta de investigación ¿De qué manera afecta el duelo patológico en el bienestar general de la persona? Para responder a esta interrogante se planteó como objetivo general describir el duelo patológico y sus características.
En este proceso es importante el afrontamiento del sujeto para la aceptación de la pérdida y por consiguiente la disminución de la intensidad de los síntomas, cuando la persona no tiene la capacidad de afrontamiento, el proceso toma un rumbo distinto al previsto y se torna desadaptativo, provocando una fijación en esta etapa, en la cual la persona no puede mirar hacia el futuro y percibe un entorno lleno de desesperanza que le genera un malestar significativo e interfiere en su vida cotidiana.
El duelo es conceptualizado como una experiencia muy dolorosa y estresante en la cual se sufre malestar psicológico ante la pérdida del ser querido, que a su vez nos va exigir poner a pruebas todos nuestros recursos de afrontamiento para adaptarnos a nueva vida sin esta persona (Gómez, 2019; Massa, 2017).
Los recursos psicológicos de la persona pueden ayudar a hacerle frente a esta pérdida, como lo son el paso del tiempo, la contención emocional, las redes de apoyo familiares y sociales para la reanudación a la vida cotidiana suelen ser suficientes, así ayudará a la persona a la asimilación de la pérdida y readaptación a la vida cotidiana (Echeburúa y Herrán, 2007).
En contraposición el duelo patológico es cuando el proceso normal de duelo no sigue el curso esperado, se intensifica de tal manera que la persona se desborda y recurre a conductas desadaptativas no logrando darle un sentido a su futuro o continua con emociones intensas sin poderlas gestionar afectando todas las áreas de su funcionamiento global. En el duelo complicado la persona suele intensificar las emociones que siente y en muchas ocasiones se adhieren a uno de sus síntomas como la rabia, la tristeza, la culpa, etc. (Diego, 2014; Gómez, 2019; Vargas, 2003).
Según Flores, et al. (2021), el padecimiento de este síndrome se elevó a un 60% durante los últimos dos años por la pandemia del Covid 19 en Perú, sumándole a eso la presencia de condiciones mentales que pudieron desencadenarse en el proceso como la ansiedad, depresión y estrés.
Según Vedia (2016), el duelo patológico tiene estas características: un carácter crónico, la persona siente el malestar de manera intensa por un tiempo excesivamente prolongado; un retraso en la expresión de emociones, sentimientos inhibidos al momento de la pérdida, ya sea por la necesidad de mostrarse fuerte o el poco apoyo social que recibió en aquel momento; un carácter exagerado, la persona se siente desbordada y acude a conductas desadaptativas para sentirse mejor.
El superviviente de una pérdida solo debe buscar ayuda terapéutica cuando las reacciones físicas (sueño, apetito, etcétera) o psicológicas perturbadoras duran más de 4 a 6 semanas, cuando hay una interferencia negativa grave en el funcionamiento cotidiano (familia, trabajo o escuela) o cuando la persona se siente desbordada por sus pensamientos, sentimientos o conductas, con un intenso malestar emocional (Echeburúa y Herrán, 2007).
Actualmente, para abordar el duelo patológico las estrategias terapéuticas son la terapia cognitivo conductual, terapia del duelo complicado y terapia interpersonal, estas se enfocan en los procesos relacionados con la pérdida, la sintomatología y los recursos intrusivos dolorosos, facilitando su recuperación y disminuyendo el malestar funcional del paciente que afectan su integralidad y desadaptación habitual.
La muerte de un ser querido es la experiencia más terrible, donde cada ser humano reacciona diferente ante una pérdida que puede tornarse insoportable, pero a su vez el duelo puede ser una oportunidad de nuestro crecimiento personal si tenemos el recurso de afrontamiento para manejar el duelo, a través de una actitud flexible y equilibrada; por consiguiente, una persona sana no es la que intenta escapar del dolor sino confrontarlo porque siempre será el misterio de la vida.
Referencias bibliográficas
Enez, O. (2018). Complicated Grief: Epidemiology, Clinical Features, Assessment, and Diagnosis. Psikiyatride Güncel Yaklaşımlar, 10(3), 269-279. https://doi.org/10.18863/pgy.358110
Echeburúa, E. & Herrán, A. (2007). ¿Cuándo el duelo es patológico y cómo hay que tratarlo? Análisis y Modificación de Conducta, 33(147), 31-50. https://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=2388069
Flores-Ruiz C. C, et al .(2021). Pandemia por covid y el síndrome del duelo. Rev. Neuropsiquiatría. 2021; 84(3): 247-248 DOI: https://doi.org/10.20453/rnp.v84i3.4041
Massa, E. (2017). Duelo patológico, tratamiento con psicoterapia narrativa. Revista electrónica de Psicología Iztacala, 20(1), 321 – 337. https://www.medigraphic.com/pdfs/epsicologia/epi-2017/epi171q.pdf
Vedia, V. (2016). Duelo patológico: Factores de riesgo y protección. Revista digital de medicina psicosomática y psicoterapia, 6 (2), 12-34. https://www.psicociencias.org/pdf_noticias/Duelo_patologico.pdf