Fatiga pandémica: ¿Qué es y cómo enfrentarla?
Docente de la Escuela de Psicología USAT
Cuanta más sobrecarga emocional se tenga, más cansancio y agotamiento se sienta, más propensos estamos a presentar fatiga pandémica, un término propuesto por la OMS, caracterizado por el cansancio derivado del agotamiento físico y mental propiciando desmotivación a la población para cumplir con las medidas de seguridad recomendadas, sin embargo, esta fatiga es esperada tras un largo periodo bajo restricciones.
La constante hipervigilancia de la persona predispone a cambios en el comportamiento de la misma, esto es irritabilidad, poco control de emociones, preocupación constante; reflejándose en su actividad y relación interpersonal.
La fatiga pandémica surge como consecuencia de un largo periodo de incertidumbre y de la modificación de nuestros hábitos, a ello se le suma las emociones, experiencias y creencias personales.
Abordar las emociones es fundamental para combatir la fatiga pandémica y para ello debemos cuidar nuestros pensamientos detectando el que nos “perjudica” emocionalmente, ya que pensamiento y emoción se encuentran relacionados, por tanto al identificar el pensamiento negativo tendremos la posibilidad de modificarlo por uno adaptativo, el mismo que generará emociones saludables.
Aunque exista la posibilidad de sentir emociones muy intensas es natural fluctuar por ejemplo de la alegría a la tristeza en minutos, “puedo despertar alegremente, pero una noticia alarmante cambió mi estado emocional”, lo importante es preguntarnos ¿cuánto tiempo estoy triste?, la respuesta será base para medir la frecuencia y por ende la intensidad de la emoción, cambiar hábitos y en caso sea necesario buscar apoyo o ayuda profesional.
Realizar actividades que nos satisfagan refuerza positivamente el estado anímico, de ahí que es importante proponer una lista de actividades y practicarlas, lo importante es que no requieran de mucho esfuerzo y que se puedan desarrollar todos los días. Del mismo modo, recuperar hobbies suma a este consejo, junto a tener sentido del humor en cada actividad que realicemos.
Evaluar y tener control de nuestras emociones es pieza clave, no obstante mantener una relación constante con nuestros familiares y amigos y las estrategias que se tengan para comunicarse con ellos también será esencial, así como reducir el consumo de noticias fijando un horario, propiciando una mejor adaptación.
Al igual como nos cuidamos físicamente cuando adoptamos medidas de seguridad, también debemos cuidar nuestro bienestar psicológico. La pandemia nos ha obligado a vivir en el presente, de manera que concentrémonos en un día a la vez y realicemos aquello que nos hace sentir bien, claro está considerando los recursos que se encuentren a nuestro alcance y que cubran nuestras necesidades y expectativas.
La fatiga pandémica se ha convertido en un fenómeno complejo, la motivación en continuar con las medidas de protección será un factor a tener en cuenta para no bajar las defensas ante esta amenaza, la autoevaluación constante sobre el cómo nos sentimos favorecerá en la toma de decisiones. Tener en mente que este es el tiempo que nos tocó aprender, fortalecer y prestar atención a nuestras emociones, contactarnos empáticamente con los demás y cultivar relaciones familiares saludables.