Importancia de acompañar a tus hijos en su camino vocacional
Directora de la Escuela de Psicología USAT
En un momento crucial de la vida, se ha realizado la famosa pregunta ¿qué te gustaría estudiar? cuya respuesta para algunos jóvenes puede sorprenderlos, ya que ello significa que se están próximos a una nueva etapa, sin embargo, para otros la respuesta es firme sin generar dudas e incertidumbres.
Cuando la persona decide a qué dedicarse es necesario identificar la vocación, esta debe nacer de la curiosidad, inquietud, habilidad, destreza, que la persona manifiesta o pone en práctica en su día a día, la vocación no es impuesta.
En sus marcas…, listos…, ¡ya!, todo camino implica esfuerzo, en algunos casos la ruta puede ser plana y sin obstáculos, pero en ocasiones, en algún tramo del recorrido se presentan obstáculos y competidores con experiencia, no olvidar que en cada tramo nos guiará la motivación; y el soporte de los padres y/o personas significativas jugarán un papel importante para llegar a la meta.
Cuán importante y trascendental labor tienen los padres en el camino a la vocación, una frase de aliento, un gesto de acompañamiento será fundamental en la decisión del hijo.
Orientar y acompañar, dos términos cuyo objetivo es proveer al hijo información y pautas direccionadas a rescatar sus fortalezas y habilidades, y estas en su conjunto cumplan con la misión de descubrir el potencial e intereses, logrando que el futuro estudiante se identifique y apasione con lo elegido. Es fundamental brindar apoyo, cercanía y desear su felicidad.
Por otro lado, evitar mandatos y arbitrariedades, las conductas que se adopten y maneras de dar respuesta a diversos eventos son vitales, no solo en la orientación vocacional sino también en el aspecto emocional y social; no se recomienda imponer al hijo intereses propios ya que ello sería un factor de riesgo para el desenvolvimiento futuro, el hijo solo estaría sujeto a cumplir con las expectativas de los padres, dejando de lado sus preferencias. Es necesario que pueda conocerse y analizar sus preocupaciones e inquietudes, siendo los padres quienes guiarán de manera positiva.
El rol de los padres en la orientación vocacional será el de guía y apoyo, así como brindarles libertad, entendida como la capacidad para poder reconocer y valorar lo que se posee, ser responsable en tomar decisiones y actuar con prudencia, los padres depositarán su confianza, paciencia y amor, preparándolos para el futuro.
Otorgar confianza y motivación, será indispensable para acompañar en el proceso y demostrar que se está comprometido con la felicidad del hijo, es importante impulsarlo para ayudarle a alcanzar sus metas, hacer sentirse útil, seguro y capaz de lograr todo lo que se proponga, no caer en “comparar” al hijo con otros, permitirle que pueda observar sus fortalezas e identifique sus destrezas, ya que ello será el punto de partida para lograr el potencial.
Es inquietante que, en los últimos años, se ha estimado que 3 de cada 10 jóvenes eligen una profesión equivocada. Esta cifra, desafortunadamente, va en aumento. Jóvenes que abandonan la carrera al año de haber ingresado a la universidad o cambian lo elegido. A nivel internacional, la deserción universitaria se ubica como uno de los principales problemas que enfrentan las universidades e institutos.
¡No es mi vocación! ¡El estudio no es para mí! ¡No puedo!, frases que generan desánimo en el hijo y frustración a los padres, dando como resultado no querer buscar y reconocer los recursos personales que posee.
Ayudarle a aclarar el panorama, es común que el hijo se encuentre con un abanico de opciones sin saber qué camino tomar. El acompañar en el camino vocacional, incluye aportar un panorama libre de obstáculos y/o afrontarlos de la mejor manera, tomando en cuenta aspectos como lo personal, familiar y social.
La importancia del padre en el camino vocacional del hijo es ser responsable y motivar en cada paso que dé, alentarlo a tener un futuro promisorio y sobre todo hacerlo sentirse pleno por la elección que dará, toda decisión amerita paciencia y análisis, del mismo modo tener presente que la felicidad del hijo es también la de la familia.
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