Importancia de la educación inicial
Por: Dra. Lydia Morante Becerra
Directora de Educación Inicial USAT
Hace 91 años, las hermanas Emilia y Victoria Barcia Bonifatti crearon el primer jardín de infantes con el lema ‘Todo por amor, nada por la fuerza’, trabajando permanentemente por el beneficio de la infancia en el país. Inspiradas en las propuestas pedagógicas de Fröebel, Claparède, Decroly y Montessori llegaron a la apertura de 330 centros de educación inicial que constituyó una excelente oportunidad para la niñez en los diversos sectores y provincias del Perú.
La educación inicial es clave durante los primeros años de vida del niño pues, en esta etapa, el infante presenta una alta plasticidad y desarrollo neuronal, por lo que la calidad de los aprendizajes junto a los factores ambientales, genéticos y del contexto harán que desarrolle sus diversas habilidades y potencialidad, influenciando notablemente en todas las dimensiones del ser humano y en su desarrollo cognitivo, afectivo y motor.
Esta etapa es crucial en la vida de los niños, por ello, el papel de la maestra en su rol de guía y facilitadora de aprendizajes es de mucho valor. María Montessori decía: “Una prueba de lo acertado de la intervención educativa es la felicidad del niño”. La labor de una docente de inicial es muy importante ya que tiene que actuar frente a las necesidades e intereses de los niños a su cargo. El cantar y jugar es una estrategia mal entendida muchas veces, pues su real significatividad es hacer que los niños puedan establecer conexiones neuronales, facilitando representar la realidad, aprender, expresarse y afirmar su identidad, entre otros beneficios.
Para todos los niños es necesario y placentero el poder jugar sintiendo, percibiendo y manipulando objetos con su cuerpo. El acto de jugar debe ser libre, no impuesto ni dirigido desde fuera, bajo la atenta observación de la maestra. De esta manera, los infantes experimentan y desarrollan habilidades cognitivas de atención, representación, planificación; junto con habilidades motoras, sociales y comunicativas.
Algo muy importante en este tiempo post pandemia es entender y comprender la comunicación que tienen los niños. Esta puede ser corporal, gestual y verbal; por lo tanto, una maestra del nivel inicial debe atenderlo y entenderlo muy bien, sobre todo, en el aspecto emocional, contener al niño en sus afectos y necesidades es primordial. Por ello, la maestra debe ser muy maternal, humana, empática, proactiva, y rápida para responder a los niños, realizar las actividades con mucho amor, pues allí es donde se confirma su vocación de maestra.
Siempre se ha considerado que la carrera profesional de Educación Inicial solo se desarrolla desde las aulas del nivel, cuando hoy vemos que el horizonte de esta profesión ha evolucionado. Actualmente, la maestra de inicial puede realizar trabajos como investigadora, directiva de instituciones públicas y privadas, puede ser docente universitaria, laborar en consejerías de familia, Demunas, ONG y otras actividades relacionadas a la educación temprana.
Ser docente de educación inicial traspasa los límites de una profesión cualquiera que esta sea, pues se debe tener características especiales. Tratar con los niños implica mucha paciencia, asertividad, solidaridad, empatía, respeto por ellos, ser formadores de los seres humanos del futuro, ciudadanos del mañana, implica una gran responsabilidad, pero es una hermosa tarea en su conjunto ya que luego vas a mirar con satisfacción lo que pudo lograr tu estudiante desde tu atenta y profesional mirada.
La Facultad de Humanidades y la Escuela de Educación Inicial USAT la reafirman su compromiso con la niñez y sobre todo con la formación de los futuros docentes quienes desde los primeros ciclos de su formación interactúan en el campo de la práctica preprofesional. Así mismo, se inician en las diversas asignaturas trabajando en el currículo que corresponde a la práctica de la docencia, desarrollando así un plan de estudios, que responde a las necesidades del contexto.
