Inteligencia Emocional En Niños
Por: Dr. Rony Prada Chapoñán
Docente de la Escuela de Psicología USAT
La inteligencia emocional es considerada como la capacidad para evaluar, comprender y regular nuestras emociones (Mayer y Salovey, 1997), y su desarrollo puede ser decisiva en el futuro de la persona.
En el contexto académico, facilita el éxito con los estudios, además, permite hacer frente algunas situaciones que pueden resultar estresantes, por ejemplo, disminuye la ansiedad ante los exámenes, y hace más llevadera el traslado de la educación básica a la educación superior. Así también, se ha documentado que facilita las relaciones personales y laborales, y en general es importante para el éxito profesional.
Estimular la inteligencia emocional en los primeros años de vida permite mejorar la competencia socioemocional y previene problemas de conducta. En este contexto, Guil, Mestre, Gil-Olarte, De la Torre y Zayas (2018) proponen una serie de recomendaciones para desarrollar la inteligencia emocional en la primera infancia, entre estas encontramos:
En los primeros tres meses, se sugiere:
“Identificar los estados emocionales de los infantes a partir de los sonidos, movimientos, tono muscular y su respiración”. Según esta recomendación es importante que los padres reconozcan las emociones en el bebé a partir de su comportamiento.
“Atender y reforzar aquellos comportamientos que impliquen demandas de cuidados (necesidad de ser cambiados de postura, alimentados, limpiados) mientras se verbaliza la causa del displacer y el estado afectivo al que podría responder la conducta del bebé. Los padres, después de reconocer las emociones en el bebé deben expresar o comunicar la emoción expresado por el niño, por ejemplo, decir: Carlitos se encuentra feliz por…
“Aprovechar las situaciones de placer para condicionar estímulos neutros a tal estado (música, paseo, personas,…), favoreciendo el establecimiento de vínculos afectivos.”. Por ejemplo, si el infante se encuentra relajado y quizá a punto de dormir los padres pueden cantar alguna canción suave y tranquila; si esto se repite varias veces, posteriormente el bebé al escuchar la canción se puede relajar.
“Utilizar estimulación externa (caricias, movimientos de balanceo,…) como instrumento de regulación emocional e inducción a estados fisiológicos de relajación·. Es importante fomentar la relajación, esto se puede lograr mediante caricias o movimientos suaves, adicionalmente se puede escuchar o cantar una canción.
“Modular el propio comportamiento a fin de transmitir estados de bienestar al bebé y actuar como modelo de regulación emocional”. Definitivamente, los padres deben controlar sus emociones a fin de ser un ejemplo de regulación emocional (los padres pueden practicar ejercicios de relajación muscular progresiva o ejercicios de respiración diafragmática).
Entre 1 y 2 años, se sugiere:
“Potenciar la manipulación de objetos para la identificación de sensaciones y emociones, así como el etiquetado de las mismas”. A medida que el niño crece es importante que aprenda a identificar y diferenciar los estados emocionales, para ello se pueden generar situaciones para tal fin, o aprovechar las situaciones de la vida diaria para identificar y reconocer las emociones, por ejemplo, si el niño logra identificar una vocal, decir: Carlitos se encuentra feliz, lograste identificar la “A” (Adicionalmente, podemos otorgar una caricia al niño).
“Fortalecer la actividad circular para la identificación de emociones, su correcto etiquetado, el conocimiento de sus causas y consecuencias y su correcta expresión”. Los niños a esta edad están desarrollando su lenguaje, por lo cual, es importante que los padres verbalicen y expliquen de forma sencilla, las causas de la emoción (Carlitos, se encuentra molesto por…) y sus consecuencias (Carlitos, lanzó los juguetes por estar molesto y estos se malograron…).
“Utilizar la actividad de imitación para identificar las señales no verbales que reflejan el estado emocional de las personas, identificar emociones en otros, discriminar la sinceridad en la expresión de la emoción, entre otros”. Los padres pueden facilitar situaciones que permitan la imitación de emociones, por ejemplo: Carlitos, mira a tu mamita, qué tiene la mamita, la mamá está triste, dale un abrazo para que le pase la tristeza.
“Presentar modelos a través de cuentos, películas, dibujos, etc., para que, a través de las proyecciones que realicen, se puedan reforzar y modular los estados emocionales adaptativos y entrenar la regulación emocional”. Al mostrar videos o materiales audiovisuales, los padres tienen que explicar o reforzar los estados emocionales funcionales, sirve muy poco sentar al niño frente a un televisor con videos educativos y no explicar lo que sucede en ellos.
Es importante “reforzar las respuestas emocionales adaptativas”.
Estas son solo algunas sugerencias para infantes, en este momento de pandemia aprovechemos el tiempo en casa para fortalecer en nuestros pequeños la inteligencia emocional.
Referencias
Guil, R., Mestre, J. M., Gil-Olarte, P., de la Torre, G. G., & Zayas, A. (2018). Desarrollo de la inteligencia emocional en la primera infancia: una guía para la intervención. Universitas Psychologica, 17(4), xx-xx. https://doi.org/10.11144/Javeriana.upsy17-4.diep
Mayer, J. D. & Salovey, P. (1997). “What is emotional intelligence? En P. Salovey & D. Sluyter (eds.), Emotional development and emotional intelligence: implications for educators (pp. 3-31). New York: Basic Book.
