La cadena de suministro en la nueva normalidad
Docente de la Facultad de Ciencias Empresariales USAT
Docente del Diplomado “Administración y Gestión Empresarial”
Las primeras reacciones ya las hemos visto: personas inundando los mercados de abastos y supermercados a nivel nacional, comprando desproporcionadamente artículos de higiene personal, alimentos enlatados y embolsados y todos aquellos productos que estimaran podrían requerir ante el cierre inminente de toda actividad comercial durante las siguientes semanas; de este pánico generado no solo participaba el ciudadano de a pie sino también personas que buscaban un rédito económico posterior, tergiversando la ley de oferta y demanda para su provecho personal.
Todo esto originó que se generara desabastecimiento en muchas líneas de productos, los quiebres de stock fue un tema recurrente en estas semanas; los canales intermediarios no podían enviar información sobre sus pedidos basados en un comportamiento regular de su demanda, pronosticar en este contexto se volvió una tarea impensable para ellos y solo generaban pedidos comparado a una campaña de producto tipo navidad o día de la madre. Pero, algo de lo dicho por el presidente pasó desapercibido por muchos o no vieron lo importante: “…se garantiza la adquisición, producción y el abastecimiento de alimentos y distribución para venta al público, productos farmacéuticos y alimentos de primera necesidad…..”; es decir, garantizaba que las cadenas de suministros de productos alimenticios, farmacéutico, higiene y desinfección, continuaran operando. Pasada las primeras semanas, los retailers tuvieron picos de demanda 5 o 6 veces más de lo que inicialmente habían previsto que iba a suceder.