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Articulos Opinión

La comorbilidad y el COVID-19

Por: Dr. Franklin Saavedra Idrogo
Coordinador de Clínicas Médicas
Escuela de Medicina USAT


Cuando mencionamos morbilidad en términos médicos nos estamos refiriendo a enfermedad; por lo tanto, la descripción de “comorbilidad” se refiere a “enfermedad asociada”, es decir que la comorbilidad es la presencia de dos o más enfermedades o trastornos que ocurren en la misma persona en el mismo tiempo o uno después del otro; la comorbilidad también implica que hay una interacción entre dos o más enfermedades que pueden empeorar la evolución de una de ellas o de ambas.

La enfermedad por el coronavirus o (COVID-19) aparece en la escena médica mundial en la ciudad de Wuhan (China) a mediados de diciembre del 2019, siendo notificado por la OMS como un brote epidémico de rápida transmisibilidad y que causa neumonía grave. La etiología o causa de esta enfermedad es un virus ARN derivado de los murciélagos y que a través de mutaciones se volvió infectante en la vía respiratoria de los humanos, desarrollando una nueva enfermedad que provoca síntomas que van desde un resfriado leve hasta problemas pulmonares graves que pueden llevar a la muerte.

El virus se contagia rápidamente cuando las personas infectadas tosen al aire gotitas que lo contienen y se transmiten a quienes se encuentran cerca, ingresando al cuerpo solo por tres vías: por la mucosa de la nariz, la boca y los ojos. Ahora se conoce que cada paciente infectado por el virus está contagiando entre dos y tres personas con las que entra en contacto directo, que generalmente son los propios familiares. Otro dato importante es conocer que el periodo de incubación del virus es alrededor de 14 días, etapa en que la persona infectada puede contagiar. En el caso que la persona desarrolle síntomas moderados o graves el periodo de contagio se prolonga más tiempo.

Estudios epidemiológicos han determinado que las personas más vulnerables o con mayor riesgo de morir por el coronavirus son aquellos que presentan enfermedades subyacentes o comorbilidades además de las personas adultas mayores (mayores de 60 años). A partir de los 65 años la mortalidad se “dispara» respecto a otros grupos de edad: pacientes entre edades de 65 y 74 años tienen ocho veces más probabilidades de morir, aquellos con edades entre 74 y 84 años tienen 16 veces más probabilidad y los mayores de 84 años hasta 20 veces más. La tasa de letalidad estimada es del 10% en pacientes menores de 60 años y del 49% en pacientes mayores de 60 años.

 

Según datos de la Organización Mundial de la Salud, cuatro de cada 10 personas que han fallecido por este padecimiento tenían sobrepeso, obesidad, hipertensión o alguna combinación de estas enfermedades. Un metaanálisis de las comorbilidades en estudios de China, sugiere que la hipertensión está presente en aproximadamente el 17% de los pacientes, la diabetes en el 8%, las enfermedades cardiovasculares en el 5% y las enfermedades respiratorias en el 2% de los casos graves por coronavirus. Más aún, los pacientes ingresados en la unidad de cuidados intensivos (UCI) tuvieron un mayor número de comorbilidades (72,2%) frente a los no admitidos en el UCI (37.3%).

Los pacientes con enfermedades cardiovasculares como arritmias, infartos previos o insuficiencia cardiaca pueden ser más susceptibles a la infección por COVID-19 y pueden tener un riesgo tres veces mayor (69,4% frente a 23%) de morir, en comparación con aquellos sin enfermedad cardiovascular.

La diabetes predispone a una enfermedad más grave en pacientes con COVID-19, las explicaciones fisiopatológicas que se han propuesto indican que la infección de las células del hígado y del páncreas por SARS-CoV-2 podría empeorar la hiperglucemia y alcanzar niveles más altos de inflamación condición llamada tormenta de citoquinas que incrementa la mortalidad.

En un análisis de supervivencia realizados en pacientes hospitalizados se reveló que el sexo masculino, la edad avanzada, la leucocitosis, el nivel alto de lactato deshidrogenasa, la lesión cardíaca, la hiperglucemia y el uso de dosis altas de corticosteroides se asociaron con la muerte en pacientes con COVID-19 grave.

La tasa de letalidad se refiere al porcentaje de fallecidos entre los casos confirmados y está directamente relacionada a la capacidad resolutiva de los servicios para enfrentar esta pandemia. En el Perú, el Centro Nacional de Epidemiología, Prevención y Control de Enfermedades reporta para el 10 de junio del 2020 una cifra de 6,109 defunciones con una letalidad del 2,83 %. Si bien se observa que la tasa de letalidad promedio del Perú es menor que el promedio mundial (5,7%), en Lambayeque alcanzamos el 6,24% que es superada solo por el departamento de Ica en un 6.49%. Estas cifras exponen la crítica situación de las instituciones de salud de nuestra región Lambayeque; por lo que, la responsabilidad frente a esta pandemia se traslada a la población quienes deben cumplir con todas las medidas de protección que se promocionan por los canales de comunicación.

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