La contaminación de los residuos de la Covid-19
Coordinador del Área Ambiental de la USAT
Según la investigación de Klemes et al. (2020) indica que alrededor de 267 especies marinas se han visto afectadas en todo el mundo por plásticos, de las cuales el 86% son tortugas marinas, el 44% aves marinas y el 43% mamíferos marinos.
Aunado a ello, la aparición de la pandemia por la COVID-19 ha generado impactos positivos y negativos en el medio ambiente. Los positivos incluyen la disminución de la contaminación del aire y ruido, reducción de la emisión de gases de efecto invernadero y otros. Entre los impactos negativos se considera el desempleo, crisis económicas, demanda manufacturera, aumento de residuos y reducción del reciclaje (Saadat et al., 2020).
En suma, esto se ha convertido en una gran preocupación; durante la pandemia de la COVID-19, hay un aumento repentino en el uso de guantes, mascarilla, botellas de desinfectante de manos y jeringas, que en su mayoría están hechas de plástico. Si estos productos no se manipulan o eliminan correctamente, puede contener contaminantes patógenos, potencialmente considerados como residuos peligrosos. (Saadat et al., 2020).
En la investigación de Van Doremalen et al. (2020) informa que se han detectado rastros del virus SARS-CoV-2 durante periodos de 6 -8 horas en plásticos y hasta 7 días en la cara superficie exterior de las mascarillas, con una densidad celular de aproximadamente 0,1 por ciento del inóculo original.
En ese sentido, desechos médicos como mascarillas, guantes usados y las batas generadas diariamente en los hospitales deben tratarse adecuadamente para destruir los patógenos restantes con tecnologías de tratamiento basado en procesos térmicos como autoclave, incineración y tratamiento con plasma o microondas (Windfeld y Brooks, 2015; Liu et al., 2015).
Por tanto, se requiere acciones inmediatas por parte del gobierno, la población y las universidades para no comprometer a las generaciones futuras en los efectos de la inadecuada gestión de residuos de mascarillas y otros artículos usados para combatir el COVID-19.
Para Selvakumar et al. (2021) el reciclaje adecuado de estos residuos previo tratamiento o su conversión en energía puede ser una excelente solución por cualquier gobierno para controlar la situación actual; así como, la producción de mascarillas faciales a través de nanotecnología, biomaterial u otros de naturaleza biodegradables, que posean una eficiencia igual o mejor que las convencionales y no dañe el ecosistema terrestre ni el marino.
Fomentar campañas de sensibilización en medios de comunicación para el uso responsable de las mascarillas y adecuada segregación y disposición final; es una medida urgente que se debe realizar.
Por su parte, el Ministerio del Ambiente del Gobierno Peruano, ha impulsado una iniciativa de sensibilización e información a la ciudadanía con el eslogan “Nuestro planeta no es de un solo uso”, con el propósito de reducir la contaminación por mascarillas y envases desechables; sin embargo, la campaña no ha trascendido en la población.
Y como dice el Santo Padre Francisco en su Carta Encíclica Laudato Si “Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no solo por el rechazo de los poderosos; sino también, por la falta de interés de los demás”.
Por ello, recordemos que lo que ha servido para proteger no sirva para destruir.