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Articulos Opinión

La inmunidad de rebaño en la Covid 19

Por: Dr. Franklin Saavedra Idrogo
Cirujano Docente Clínica Quirúrgica
Escuela de Medicina USAT


Las epidemias y pandemias han ocurrido en el mundo desde tiempos inmemoriales, cuando las sociedades empezaron a organizarse y a crear núcleos de individuos que convivían en un mismo espacio territorial. La aparición de las enfermedades contagiosas afectaba a los grupos poblacionales y, según las características del germen infectante o de la susceptibilidad de las personas, se extendía a varias regiones, convirtiéndose en una amenaza y en algunos casos, diezmando poblaciones enteras y cambiando decisivamente el curso de la historia.

Las enfermedades infecciosas provocan una reacción de defensa del organismo a través de un sistema muy bien organizado conocido como inmunidad; de manera general se conocen dos tipos: la inmunidad innata cuando el ser humano nace con un sistema de defensas con el cual se protege contra los antígenos (molécula que forma parte de un patógeno y puede ser detectada como extraña) y la inmunidad adquirida que se desarrolla frente a la exposición a diversos antígenos; este tipo de inmunidad es selectiva y discrimina entre diferentes microorganismos. Conociendo este último mecanismo de defensa, se crearon las vacunas que no son otra cosa que fragmentos proteicos de virus muertos (inactivos) o de virus vivos atenuados que en contacto con el cuerpo provocan la activación del sistema de defensa.

Una vacuna es una estrategia de enorme valor, pues previene el desarrollo de una enfermedad para toda la vida. La primera vacuna de la historia fue descubierta por el médico Edgard Jenner en 1796 y servía para combatir la viruela. En 1881, Louis Pasteur experimenta con una vacuna antiantráxica en carneros y vacas y le acuña el término vacuna. Gracias a la creación de las vacunas, la viruela es la única enfermedad infecciosa humana erradicada del planeta, además, se han reducido en un 95% otras enfermedades como la rubeola, las paperas, la varicela y el tétanos. La amplia cobertura mundial de la vacunación impide la diseminación por contagio de las enfermedades transmisibles, pues al ingresar el germen a una persona vacunada va a encontrar un sistema inmune capacitado y capaz de derrotar de manera exitosa la infección.

Cuando aparece una nueva enfermedad infecciosa frente a la cual no existen vacunas como es el caso del coronavirus, una persona que se infecta con este virus desarrolla su propia inmunidad y hasta la fecha (agosto 2020) no se conocen casos oficiales de reinfección, confirmándose la efectiva defensa inmunitaria del paciente que sufrió la enfermedad pero por un tiempo aún no definido; por lo tanto, si se consigue que un gran número de la población se infecte y se logre desarrollar la inmunidad, la población restante quedaría protegida.

Este tipo de protección se conoce como «inmunidad de rebaño» (en inglés, herd immunity), «inmunidad de grupo” o «inmunidad colectiva», la cual consiste en proteger a un grupo de individuos no expuestos de una población, a través de la inmunidad adquirida por un gran número de personas previamente infectadas.  En el caso del COVID-19, se ha calculado que esta inmunidad de rebaño surgiría cuando más del 70 % de las personas se hayan infectado. Para algunos expertos, el plantear el concepto de inmunidad de rebaño es científicamente aceptable ante esta terrible situación, teniendo en cuenta que los individuos expuestos serían los que mejor preparados se encuentren, además de contar con buena alimentación, suplementos nutricionales, buenos hábitos de higiene y cuidado personal, entre otras, que permitan combatir la infección y sus efectos.

El primer ministro de Gran Bretaña, Boris Johnson, contraviniendo las recomendaciones de la OMS, inicialmente adoptó esta estrategia para enfrentar al coronavirus; argumentando que el confinamiento estricto generará cansancio en la población y los ciudadanos empezarán a incumplirlo justo cuando se acerque el pico de la epidemia; así mismo, Suecia también optó por una propuesta similar, con consecuencias lamentables; pasado los meses se ha observado que cuentan con una mortalidad tres o cuatro veces mayor que sus países vecinos; ahora sus autoridades han dado un paso atrás y seguirán medidas como el resto de países.

Roy Anderson, epidemiólogo del Imperial College de Londres, especialista en inmunidad de grupo, en un artículo publicado en The Lancet, observando lo sucedido en China, ha advertido que lo más recomendable es la cuarentena, el distanciamiento social y el aislamiento temprano de los enfermos. Por lo tanto, se puede afirmar que hacen falta más elementos para que la inmunidad de grupo sea efectiva, por ejemplo: la más importante, una vacuna que potencie la inmunidad de los grupos de mayor transmisión. Respecto a los avances en la creación de la vacuna contra el coronavirus se confirmó en la última semana de julio 2020, que Brasil ingresa a la fase 3 con la vacunación de 9,000 voluntarios de la vacuna llamada coronavac producida por la compañía farmacéutica china Sinovac, simultáneamente, se vienen desarrollando una veintena de vacunas potenciales en diversas etapas de ensayo para seres humanos en todo el mundo.

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