¿Lambayeque puede convertirse en el nuevo “Diocles” del Perú?
Director de la Escuela de Economía USAT
Para conducir correctamente esta historia y reflejarla en la economía de Lambayeque, en primer lugar, se analizan las cifras económicas. Según el INEI, entre el 2007 y 2022, la región Lambayeque crece a un ritmo promedio anual cercano al 4.5%, duplicando al crecimiento económico flemático reflejado el 2022 el cual se acerca apenas al 2.2%. Del mismo modo, si lo comparamos frente a la gran macrorregión norte, Lambayeque es conjuntamente con la región San Martín los líderes del crecimiento económico de los últimos quince años, pero que en el último tramo estos crecimientos se diluyen rápidamente siendo otras las regiones, como Tumbes (7.2%) y Cajamarca (3.6%), las que se enmarcan como las nuevas líderes de dicha macrorregión.
¿Qué pasa entonces con Lambayeque que muestra una tendencia de desaceleración en los últimos años? Si se realiza una analogía con aquella cuadriga de caballos que lleva a Diocles a realizar grandes hazañas en el circo romano y coronarse como el gran campeón, se podría decir que dichos corceles son como los principales indicadores líderes que necesita una economía en vías de desarrollo como son la tecnología, la infraestructura, el comercio, y la energía; por lo que se nombra la lista según importancia:
Pompeyano: Que figura como la agilidad de un gran corcel y que puede manifestarse como el acceso a la tecnología ya que permite que las economías evolucionen raudamente. Según el INEI, las líneas en servicio con conexión al servicio de internet móvil en Lambayeque crecen desde el 2010 al 2021 cerca del 57% promedio anual, es decir, la mayoría de la población se beneficia con la explosión de la interconexión agilizando sectores tan importantes dentro de la región como son el comercio y los servicios.
Gálata: Que refleja la fortaleza que puede evidenciarse en la construcción de infraestructuras vitales para la conexión de diferentes ciudades del país, así como con el extranjero. Para lograrlo, los gobiernos necesitan grandes cantidades de cemento para su construcción y mantenimiento de dichas bases. En ese sentido, al observar los despachos de cemento en Lambayeque, esta crece de manera muy sobria con apenas 4% como promedio anual, lo que refleja una lentitud poco diagnosticada para países que necesitan despegar y dar ese gran salto agigantado en el crecimiento económico.
Parato: Que fulgura la rapidez de un potro capaz de ganar carreras en segundos, llevándose los laureles y que puede compararse como la velocidad de un auto de carrera. Así, para aterrizar dicha idea, se puede tomar como indicador las unidades vendidas del parque automotor. Lambayeque, en este apartado, también crece muy discretamente en 4.2% y continúa la misma tendencia bastante moderada respecto a las demás regiones cuyo crecimiento anual en promedio es de 5%, lo que evidencia solidez en la utilización de medios de transporte como herramienta para el traslado de personas, así como de otros como alimentos, objetos, etc.; pero insuficiente para generar un motor capaz de hacer crecer a la economía lambayecana.
Abigeio: Que manifiesta el temperamento de un gran corcel y que puede exteriorizarse como la luz que guía a toda la cuadriga. En ese aspecto, este puede mostrarse en el consumo de energía eléctrica de la población, que en la región Lambayeque creció apenas un 4.1%, por debajo del total de regiones que es de 4.5% y evidenciando la poca capacidad de brindar y mantener una necesidad tan básica para la población el cual permita desarrollarse en sectores como el de educación y salud, entre otros.
Estos indicadores líderes no son más que el reflejo de una economía sana y saludable, por lo que Lambayeque necesita de ese auriga capaz de manejar la economía de la región y lleve a la prosperidad a su gente y pueda nuevamente liderar a ese poderoso norte que existe en el Perú. ¿Dónde podrá surgir ese nuevo Diocles para Lambayeque? ¿Será del propio gobierno, del sector privado? ¡Manos a la obra!