¡Maestro, agente transformador de vidas!
Maestra de Educación Inicial
Directora de la Escuela de Educación USAT
Si tenemos en cuenta que los maestros son el pilar clave en el desarrollo de las sociedades, que su labor va más allá de solo transmitir meros conocimientos académicos, que su sola presencia en el aula va forjando y formando “vidas”, que nos convertimos en los mejores aliados de las familias, en los colaboradores más cercanos de los padres de familia, que representamos una figura paternal o maternal en nuestros estudiantes, que finalmente somos guías, mentores y modelos estratégicos a seguir para los niños y jóvenes que confían en nosotros. Su dedicación y compromiso se reflejan en el crecimiento personal y académico de sus estudiantes, dejando una huella indeleble en sus vidas, permitiendo un desarrollo integral en cada uno de nuestros pupilos.
El buen maestro no solo enseña materias específicas, sino que también fomenta e inspira valores como el respeto, la tolerancia, la empatía y el trabajo en equipo, la responsabilidad social, el amor al prójimo; además, despertamos en los estudiantes la pasión por la lectura, la curiosidad, el espíritu crítico y la motivación hacia el aprendizaje autónomo.
A través de su diario accionar, los maestros, forman ciudadanos responsables, capaces de enfrentar los desafíos del mundo en constante evolución.
Tomar la decisión de ser maestro, es una vocación de servicio incondicional que requiere dedicación, paciencia y constante actualización, hoy puedo decir con total firmeza que ser maestro fue una de las mejores decisiones de mi vida.
Los maestros nos enfrentamos a desafíos diarios, adaptándonos a las necesidades individuales de cada uno de nuestros estudiantes, promoviendo la inclusión y garantizando un espacio de aprendizaje seguro igualitario y estimulante para todos.
Nuestro trabajo va más allá de las aulas, ya que también nos involucramos con las familias y la comunidad para fomentar una educación de calidad.
En los últimos tres años, con la pandemia de COVID-19, se han planteado desafíos sin precedentes para los maestros, nos tuvimos que adaptar pronto a la enseñanza en línea y desarrollar nuevas estrategias de aprendizaje, nos reinventamos para mantener vivo y cercano ese contacto con nuestros estudiantes, un escenario completamente diferente a lo acostumbrado. Hemos demostrado resiliencia, creatividad y compromiso en tiempos difíciles, buscando las mejores opciones y soluciones para garantizar la continuidad educativa en medio de la crisis, enmarcada en una educación de calidad, aún en la adversidad.
Como parte activa de la sociedad, debemos valorar, respetar y apoyar la labor de nuestros maestros, otorgándoles las herramientas necesarias, el reconocimiento y el lugar que merecen.
Invertir en la educación, programas de formación continua para los maestros y una justa remuneración son puntos importantes y responsabilidad colectiva, para garantizar una educación de calidad y atraer a los mejores talentos hacia la profesión docente.
En este Día del Maestro y todos los días, es importante que se reconozca y agradezca a todos nuestros maestros que, a pesar de las vicisitudes de la vida, continúan con amor, pasión y dedicación la gran labor que desempeñamos.
Entender que nuestro trabajo es fundamental para construir un futuro mejor, para transformar el hoy en un mañana mejor… formando seres humanos cada vez más humanos y sembrando, siempre la semilla del conocimiento en las mentes de nuestros estudiantes.
En conclusión, este Día del Maestro celebramos y enaltecemos la labor de aquellos seres hermosos, seres de luz, seres generosos que dedican sus vidas a educar y formar a las generaciones futuras. Nuestra contribución es inmensurable y su influencia perdura a lo largo del tiempo.
Agradezcamos a los buenos maestros por su compromiso y por ser ¡maestros, agentes transformadores de vidas!