Por un “Día Mundial del Teatro” que fortalezca su importancia en la vida social comunitaria
Director del Instituto de Cultura ICUSAT
Y así fue siempre, así lo conocí yo, verdaderas fiestas de la participación, programación, intervención en el espacio público, de mensajes y reflexiones, de reconocimientos y distinciones. No obstante, desde marzo del 2020, todos estos esfuerzos de visibilización y fortalecimiento se vieron truncos por el contexto de pandemia que aún se vive, una realidad que sin lugar a dudas nos superó, y que obligó a los gobiernos en el mundo a tomar medidas de confinamiento en atención a la alarma sanitaria, teniendo como consecuencia que las producciones y los espacios escénicos sean afectados en su ecosistema de producción, impactando negativamente en la vida de todo el entramado artístico, técnico, logístico y económico de nuestra siempre frágil comunidad teatral.
Igual, la generosidad de nuestro arte teatral registrado en video, estuvo desde el primer momento a disposición de la sociedad en todos los soportes virtuales posibles; y, los creadores escénicos, en una admirable actitud de resiliencia, ingresaron al mundo del streaming y similares, ambicionando responder al desafío que les plantea la vida. Esta no es la primera vez que nuestro arte sufre un revés tan grande, en su discurrir por los tiempos ya ha experimentado guerras y fenómenos naturales; y, en todos los casos, la pasión y ese “algo” que nos mueve como comunidad permanece, ese llamado a estar con el otro y los otros, esa búsqueda de lo vivencial comunitario para el diálogo y la reflexión compartida, y así estamos hoy, golpeados pero firmes, dispuestos a seguir dialogando y perfilando el teatro que tendremos y sostendremos.
Evidentemente en esta lucha, por nuestra subsistencia física y metafórica, han habido bajas dolorosas, compañeros y maestros del mundo, muy en particular en nuestro país, han sucumbido ante el virus y/o el confinamiento; recientemente nos dejó, el maestro Ernesto Ráez Mendiola (marzo 2021) director, dramaturgo, investigador, educador y hombre de teatro a quien conocí y con quien tuve la oportunidad y privilegio de trabajar como funcionario público en el INC entre los años 90s, así también, el amigo y artista Julio Cajas Béjar (octubre 2020) profesional del vestuario, quien vistió a numerosas agrupaciones teatrales de Lima y en Chiclayo a los actores del TUSAT desde 2014 a 2019, de ellos nos queda su ejemplo de amor y vocación por el teatro, vaya en este escrito mi homenaje sincero para cada uno de ellos. Sus obras, reflexiones, acciones y trayectoria compartida los mantendrán vivos en nosotros y en la historia del teatro en el Perú.
Que no se cierre el telón, que se abran las laptops, las tablets, las aplicaciones, las ventanas virtuales, las calles y las mentes de los líderes de opinión sobre la importancia de nuestro arte, el teatro sigue presente en nuestras vidas, como la vida misma de la sociedad.
“A pesar de la emergencia, el teatro seguirá siendo un acto humano vivo y directo”
Ernesto Ráez Mendiola.