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Solemnidad de San Pedro y San Pablo
Por: P. Fabián Vallejos Malca
Capellán de la Facultad de Ciencias Empresariales USAT
viviendo la Comunión, participación y misión evangelizadoras
La Iglesia nos propone con la solemnidad de los santos apóstoles San Pedro y San Pablo valorar la fe y el amor a Jesucristo en el mundo de hoy. Ellos evangelizaron la cultura, al inculturar el Evangelio dándole un sentido cristiano a la vida y al mundo, es decir, cristianizaron el mundo. Tenemos pues a dos grandes Apóstoles del Evangelio y columnas de la Iglesia siendo testigos de la fe esperanza y caridad.
Una mirada a la misión de estos dos apóstoles
San Pedro apóstol de Jesucristo, hombre de fe y de carácter fuerte pero frágil, pecador, negó conocer a su Señor Jesucristo; pero, lloró y pidió perdón a su Maestro.
Pedro, el pescador de Galilea, fue elegido por Jesucristo como apóstol y en su persona fundó la Iglesia cuando le dijo: «tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia,»(Mt. 16,18). También Jesús le confió apacentar las ovejas diciéndole: “Simón, ¿me amas?” Le dice él: “Sí, Señor, tú sabes que te quiero”. Le dice Jesús: “Apacienta mis ovejas” (Jn. 21,16). San Pedro es autor de 2 libros de la Biblia y murió mártir en Roma alrededor del año 64.
San Pablo, apóstol de los gentiles, se convirtió de perseguidor de los cristianos en apóstol de Jesucristo en Damasco, realizó varios viajes misioneros llevando el Evangelio. Es autor de 13 libros de la Biblia.
Pablo evangeliza con su ejemplo y desde su experiencia de amor a Jesucristo y por eso dice: “¿Quién nos separará del amor de Cristo?: ¿la tribulación?, ¿la angustia?, ¿la persecución?, ¿el hambre?, ¿la desnudez?, ¿los peligros?, ¿la espada?». (Romanos 8, 36). Y reafirma: “pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor, por quien lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo” (Fil. 3,7-8).
Sinolidad: Vayan y evangelicen
Los apóstoles Pedro y Pablo, ¿cómo vivieron la sinodalidad en la Iglesia, es decir, la comunión, participación y su misión? Conviene reflexionar en que Pedro fue el primero en confesar la fe; Pablo, el maestro insigne que la interpretó; el primero fue quien inició la primitiva Iglesia con el resto de Israel; el segundo fue el maestro y doctor de la vocación de los gentiles. Así, por caminos diversos, congregaron la única Iglesia y una misma corona asoció a los dos a quienes venera el mundo” (Prefacio de la Solemnidad de S. Pedro y S. Pablo.)
La comunión, participación y misión de estos venerables apóstoles se actualiza al tiempo que la Iglesia avanza y nos convoca a todos los cristianos a seguir anunciando el evangelio de Jesucristo con la palabra y la acción, tal cual lo hizo la Iglesia naciente con Pedro y Pablo.
Los cristianos somos misioneros a raíz del Bautismo, por eso debemos anunciar a Jesucristo en todos los ámbitos donde nos corresponde vivir. Se tiene que hablar de Jesucristo con el testimonio de vida coherente, es decir, practicando la fe y la moral cristiana al estilo de Jesucristo, como lo hicieron en su tiempo Pedro y Pablo.
En el mundo de hoy se observa “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres de nuestro tiempo, sobre todo de los pobres y de cuantos sufren, son a la vez gozos y esperanzas, tristezas y angustias de los discípulos de Cristo. Nada hay verdaderamente humano que no encuentre eco en su corazón”. (cfr. Gaudium et spes, N°1). Por eso, especialmente los cristianos y toda persona de buena voluntad, están llamados a colaborar en la solución de los problemas y lograr el desarrollo humano auténtico e integral, viviendo en comunión, participando activamente y realizando su misión en la Iglesia, es decir, viviendo la sinodalidad.
Recordemos que debemos vivir la caridad amando a Dios y al prójimo para vivir unidos y fraternalmente y entonces: “Solo con la caridad, iluminada por la luz de la razón y de la fe es posible conseguir objetivos de desarrollo con un carácter más humano y humanizador. El desarrollo de los pueblos requiere reconocer que formamos parte de una sola familia humana y actuar con fraternidad”. (cfr.Domenec Melé,Josep M. Castellá El Desarrollo humano integral, Barcelona, pag.51)
He aquí algunas razones para anunciar y testimoniar porque se debe Evangelizar hoy y siempre y en cualquier ámbito de la vida. Te invito acudir al evangelio y leer literalmente los siguientes textos para fundamentar nuestra misión como discípulos misioneros de Jesucristo:
- «Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida. Nadie va al Padre sino por mí”. (Jn. 14, 6)
- «Vayan, pues, y hagan que todos los pueblos sean mis discípulos. Bautícenlos en el Nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enséñenles a cumplir todo lo que yo les he encomendado a ustedes. Yo estoy con ustedes todos los días hasta el fin de la historia». (cfr. Mt. 28,19-20)
- «Ustedes son la sal de la tierra…ustedes son la luz del mundo…brille así su luz delante de los hombres, para que vean sus buenas obras y glorifiquen a su Padre que está en los cielos». (Mt. 5.13-16)
- “Yo soy la resurrección, él que cree en mí, aunque muera, vivirá; y todo el que vive y cree en mí, no morirá jamás. ¿Crees esto?». (Jn. 11,25-26)
- «Porque no hay bajo el cielo otro nombre dado a los hombres por el que nosotros debamos salvarnos” (Hch. 4,12)
Sigamos el ejemplo extraordinario de Pedro y Pablo que vivieron en comunión plena con Dios y con la Iglesia, sí así lo hacemos, entonces también nosotros podremos ofrecer a Dios “el sacrificio más importante -a los ojos de Él-, que es nuestra paz y concordia fraterna y un pueblo cuya unión sea un reflejo de la unidad que existe entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo”. (cfr. S. Cipriano Tratado sobre el padre nuestro 23-24)
Ser Iglesia hoy, es vivir la sinodalidad, es decir, en comunión, participación y misión a ejemplo de los apóstoles Pedro y Pablo.