Trascendencia espiritual científica y ética en el día del enfermero peruano
Enfermería de ayer y de hoy sustenta sus bases en los mismos principios humanísticos y cristianos, que Santa Rosa de Lima ponía en todos los actos de su vida, ellos constituyen los ejes centrales por excelencia, del ejercicio de la profesión. Su práctica fue de enfermera por excelencia, con caridad sin límites, voluntad sublime, de amar, de aconsejar para prevenir las enfermedades, practicaba la enfermería comunitaria y la atención primaria de salud; precursora y visionaria de nuestro futuro e importante quehacer profesional, que hoy se ejerce regulada legal y éticamente.
La profesión de enfermería se rige por la Ley del Enfermera(o) Peruana (o) N° 27669, que establece que la Enfermera es una profesional a quien se le reconoce como áreas de su competencia y responsabilidad, la defensa de la vida, la promoción y cuidado integral de la salud, su participación conjunta en el equipo multidisciplinario de salud, en la solución de la problemática sanitaria del hombre, la familia y la sociedad, así como en el desarrollo socio- económico del país.
El histórico de la profesión en el mundo, ha tenido muchas etapas, siendo la más importante la etapa de la Enfermería Moderna, iniciada por Florence Nightingale (1840 – Inglaterra), con una identidad profesional en términos de corporalidad, rituales, simbología, disciplinar y relaciones de poder1 siendo que, a pesar de algunos detractores, la enfermería, inicia su preparación académica, de formación científica en las escuelas de enfermería, vinculadas a los hospitales, para luego evolucionar a la incorporación de la enfermería nivel universitario, única modalidad de formación en el Perú, que evidencia la racionalidad científica, tecnológica, humanística y ética, comprometida con la persona, como ser único, con respuestas expresadas en necesidades, cuya solución le corresponde al cuidado enfermero, brindado por la Enfermera(o), orientado a encontrar niveles de salud y vida concordantes a su dignidad de persona, y que se brindan sin distinción alguna.
Es propia la ocasión para resaltar los niveles académicos alcanzados por la enfermera peruana, lo cual la sitúa para desarrollarse en las áreas: Asistencial, Administrativa, Docente y de Investigación. (Art. 3. Ley N°27669), ubicándola en un lugar estratégico, para la formación de nuevas enfermeras (pre, post grado: Especialidades, Maestría y Doctorado), la asistencia especializada en el área asistencial, bajo la perspectiva del cuidado humano, la dirección y organización de instituciones de salud o sus unidades de producción (servicios), con la más alta eficiencia y efectividad en su gestión, y la constante búsqueda de nuevos conocimientos a través de la investigación, que le permiten, alejarse de la rutina y poner en práctica su capacidad creadora e innovadora, considerando las circunstancias del contexto, para seguir constituyéndonos en la fuerza laboral, científica ética y principalmente humana en el ámbito de la salud.
En este Día de la Enfermera Peruana , es propia la ocasión para reflexionar sobre lo avanzado, afianzar el presente en la ciencia, la tecnología y la ética, y visionar que solo la práctica de un cuidado humano, que no admite la sustitución de la afectividad por la tecnología; que pequeños detalles como una sonrisa, trato amable, empatía, el toque terapéutico, la disposición de ayuda, mas allá de lo que es meramente posible, harán que nuestra profesión trascienda, sembrando fe y esperanza, y como lo dice nuestro himno: Enfermera no desaires el reto en la lucha que a sus hijos demanda el Perú…, adelante!, convencidas de que hoy SER ENFERMERA ES UN HONOR.