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Docente USAT dictó conferencia sobre la visión del mundo después de la pandemia
El docente de la Facultad de Humanidades USAT, Víctor Hugo Palacios Cruz, brindó una conferencia titulada “Nuestra visión del mundo después de la pandemia. ¿Qué ideas y qué cambios necesitamos para el futuro”, organizada por la Alianza Francesa de la ciudad de Chiclayo.
“La prolongada experiencia de este mal planetario ha removido todo aquello con lo que veníamos viviendo: una serie de hábitos y seguridades adoptados libremente o tomados de la sociedad. Y creo que lo ha hecho oportunamente porque, sin duda, con muchas de estas ideas, la humanidad no sería capaz de encarar esta y cualquier contingencia futura de manera responsable, realista y duradera”, explicó.
Las creencias derribadas del hombre
Durante la conferencia, Víctor Hugo Palacios expuso las cuatro creencias de nuestro tiempo que han sido sacudidas por la actual crisis sanitaria. Una de ellas es la idea de la persona como un ser productivo, exitoso y triunfal.
“La COVID-19 nos ha enfrentado de nuevo y colectivamente a la evidencia de que el cuerpo cede y se quebranta. La frecuencia de la muerte alrededor ha reabierto un conflicto con nuestra caducidad que creíamos haber domesticado o, mejor, reprimido en una civilización que censura una apariencia que no se vea saludable, activa y esbelta”, comentó el profesor.
La segunda variable removida por esta crisis ha sido el predominio de lo privado sobre lo colectivo. “Nuestra búsqueda de una vacuna no es una concurrencia internacional de esfuerzos y talentos puestos en un único plan, a fin de obtener un resultado que sea luego de acceso universal, sino una vergonzosa carrera de proyectos lucrativos cuyos frutos irán de inmediato a los Estados más ricos y a los sectores sociales más aventajados”, afirmó el profesor Palacios.
En tercer lugar, el docente también observó cómo la expansión de un virus microscópico ha colisionado con una prolongada arrogancia cultural reflejada en el desprecio del cuerpo y la naturaleza, y en la construcción de nuestra imagen de seres superiores, presuntamente “superpuestos” a la terrenalidad e inmunes a los fenómenos.
Finalmente, la adicción a la certeza y nuestra incapacidad para aceptar la incertidumbre han sido igualmente puestas en evidencia durante esta crisis. “La propagación de la pandemia ha demolido la confianza que poníamos en nuestra presuntamente eficaz organización de la sociedad y la economía (…) Nos llamamos homo sapiens cuando en realidad nunca dejamos de ser aprendices a los pies de lo inmenso”, afirmó el investigador.
Las ideas que necesitamos para el futuro
El profesor Víctor Hugo Palacios explica que existen una serie de ideas que el hombre necesita plantearse para enfrentar el futuro, por ejemplo reivindicar el cuerpo como una dimensión esencial de su ser. “La experiencia de la pandemia debe reconciliarnos con un cuerpo que se resiente y enferma, pues solo sobre la aceptación de una fragilidad común es posible fundar la ternura, la compasión y el cuidado del otro”, afirmó.
Asimismo, el especialista exhortó a pensar nuestra condición como inserta en la naturaleza de cuyo estado y cuyo destino somos también responsables. Destacó que, en definitiva, se debe aprovechar la crisis sanitaria global para insistir en un programa que permita enfrentar la crisis climática de manera concertada y con fundamento en la realidad integral del ser humano.
Otra de las ideas que urge considerar, según el profesor, es el contrapeso de la inmersión digital con la vuelta progresiva al espacio común, pues la distancia social puede sobredimensionar el protagonismo de la conectividad digital, cuyas características nos deshabitúan a lo irremplazable del habitar juntos los lugares a los que pertenecemos.
“Es allí el único lugar donde tratamos con nuestros semejantes, y donde el conocimiento y el amor siguen un ritmo diferente y una gradualidad que la inmediatez de la información suele estropear”, afirma.
La cuarta propuesta del docente es la reconciliación con la finitud, la ignorancia y lo imprevisible. “Esto es algo que acompaña la inquietud y el temor, pero que ofrece el mejor motivo para el intercambio y la reciprocidad. Una sociedad de individuos que creen verlo todo está menos unida que otra compuesta por quienes aceptan su falibilidad y hallan en la conversación su amparo y luz”, señaló.
Por ello, según concluyó Víctor Hugo Palacios, es preciso volver a fomentar nuestra pertenencia comunitaria y abandonar el despotismo del éxito y la obsesión por la imagen, que no hacen más que dividirnos, desasosegarnos por la comparación y envenenarnos con “la trampa seductora de la realización personal”, que nos lleva a mirar únicamente hacia adelante, recelando del prójimo, en lugar de incentivar el cultivo de nuestros lazos, esa fortaleza de la vida en común indispensable para encarar esta y cualquier futura contingencia. En suma, dejar atrás todo el individualismo de nuestra sociedad, en favor de una concepción más armoniosa, personal y comunitaria, de nuestra existencia.
