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Egresada USAT lidera proyectos de comunicación para la conservación y el desarrollo en la República Centroafricana
Conocer nuevos enfoques de conservación y desarrollo sostenible para ayudar a solucionar las grandes crisis que atraviesa la humanidad, como el cambio climático, la pérdida de la biodiversidad y las pandemias por enfermedades zootécnicas, fue uno de los motivos que animaron a Ana Teresa Yi Soto, egresada de la Escuela de Comunicación USAT, a emprender un viaje de más de diez mil kilómetros de distancia para iniciar una nueva aventura profesional en la República Centroafricana.
Es así como en el 2020, Yi Soto se unió al equipo de la ONG Wildlife Conservation Society, la cual existe desde hace 125 años y está presente en más de 68 países. “Debido a la pandemia, mi trabajo comenzó de modo remoto; por ello, me enfoqué en el conocimiento del programa, la generación de planes de comunicación y monitoreo, y en la elaboración de reportes narrativos y documentos requeridos por nuestros socios institucionales”, indicó.
Un año después de desempeñarse como consultora en comunicación, conocimiento y monitoreo de este programa de conservación de la biodiversidad, Yi Soto asumió el reto de trabajar en el Parque Nacional Bamingui Bangoran, donde ella lidera la estrategia para el diálogo con actores comunitarios, así como con socios institucionales para la construcción de alianzas o proyectos de colaboración. Además, a partir del mes de julio, asumirá las comunicaciones externas en espacios digitales.
“Me encargo del análisis de flujos de comunicación y percepciones sobre el programa, diseño de metodologías de participación comunitaria, campañas de sensibilización y educación ambiental. Asimismo, elaboro documentos técnicos y organizo presentaciones del progreso del proyecto, así como reuniones institucionales. Otra tarea que tengo es el manejo de las redes sociales, página web y material informativo”, explicó la comunicadora.
El trabajo de Yi Soto, quien se desempeña en el área de Comunicación para el Desarrollo, ha logrado generar grandes cambios, especialmente, en el personal local de este país, pues, durante su estadía, la joven se ha enfocado en abrir espacios de capacitación en todos los temas que pueda conocer, principalmente, en comunicación, participación ciudadana y manejo de softwares en general.
“Hace poco, uno de los guardaparques me mostró con orgullo que había hecho su reporte en Power Point y que quería llevar un taller más para perfeccionarse. Unos días antes, mi colega de gestión comunitaria diseñó, por sí mismo, la metodología de una serie de capacitaciones internas sobre el código de protección de la fauna. Ver que cada uno de ellos puede asumir las riendas de su desarrollo profesional y que eso significa menos dependencia de un externo, y a la vez, más posibilidades de creación conjunta, me hace muy feliz”, manifestó la egresada USAT.
Asimismo, a modo global, el programa en el cual participa ha logrado posicionarse a nivel nacional como una iniciativa esencial para prevenir la desaparición de especies íconos de animales, como los elefantes, las jirafas y los elands. “Luego de ocho años de no haber visto hipopótamos en esta área, finalmente han regresado. Las condiciones de seguridad han mejorado con la presencia de los guardaparques y los agentes de sensibilización desplegados a través del área protegida; también, con el apoyo de la misión de paz de la ONU y otros actores internacionales que colaboran en este país”, comentó Yi.
Para la egresada USAT, trabajar en la República Centroafricana se ha convertido en una experiencia llena de retos, como estar consciente del riesgo de vivir en una nación con una guerra civil latente, así como por las condiciones de vida, pues este país es el segundo más pobre del mundo. A nivel profesional, su trabajo le exige aprender teorías y enfoques relacionados a biodiversidad y ecosistemas, así como sobre gestión de áreas protegidas y políticas ambientales. Sin embargo, ninguno de estos desafíos la amilana, por el contrario, la motivan a continuar adquiriendo nuevos conocimientos, al punto de haber aprendido rápidamente el idioma francés y algunas nociones de la lengua local: el Sango.
“La oportunidad de participar en un programa de conservación es maravillosa y, además, es parte de mi propósito de vida. Más allá de esto, ser parte de un equipo de colegas centroafricanos me ayuda a tener nuevas perspectivas para entender al mundo y lo que ellos viven. Este es un trabajo en condiciones duras, tanto por la geografía como por la situación política del país. De modo que, al lado de lecciones profesionales importantes, esta labor me da lecciones sobre la vida, la capacidad de resistir y encontrar salidas, la capacidad de seguir sonriendo y soñar”, comentó la comunicadora.
Trabajar en la República Centroafricana es uno más de los logros de Yi Soto, quien, ya con 11 años de egresada de la Escuela de Comunicación USAT, ha integrado proyectos de diferentes ONG, empresas privadas, programas de voluntariado e iniciativas académicas en temas de educación rural, seguridad alimentaria, cultura de paz, conservación, sostenibilidad y agroecológicas. “Particularmente, los comunicadores desarrollamos un interés en explorar las realidades. La USAT contribuyó con dar forma y guía a ese interés natural”, indicó.
“Ser comunicadora para la conservación y el desarrollo implica nunca dejar de buscar la verdad, de someterla a valoración, a análisis, no solo desde los parámetros de nuestra propia existencia, sino buscando contrastarla, mirarla desde muchas perspectivas posibles. Esa verdad nos ayudará a entender qué es el desarrollo que comunicamos, cuál es el concepto que promovemos y, si este corresponde a nuestros valores y a nuestra misión. Mientras hacemos esta exploración, les recomiendo esforzarse mucho en comprender las teorías y dominar las técnicas. Cada vez más, debemos tener habilidades múltiples en comunicación, pero que eso no nos limite a especializarnos en lo que nos gusta y, en lo que nos haremos expertos”, finalizó.
