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Discursos

Discurso a USATApertura del Año AcadémicoMartes 23 de abril del 2024

Por: Monseñor Edinson Farfán Cornejo
Gran Canciller de la USAT

«La inteligencia está al servicio de la vida, y no al contrario…»1 dice Álvarez Gómez, al interpretar a Ortega, hoy me atrevo a afirmar que los estudios, la reflexión, la investigación y la producción de conocimientos deben estar al servicio de la vida.Rev. Padre, Magister Carlos Orlando Mundaca Guerra Vice Gran Canciller, Dra. Patricia Julia Campos Olazábal Rectora, dignísimas autoridades, claustro académico, sacerdotes, estudiantes y toda la familia de la Universidad Santo Toribio de Mogrovejo de Chiclayo, reciban mi más sincero y caluroso saludo fraterno.

Doy gracias a Dios en este día que comparto con ustedes la apertura del año académico, y por los 25 años de esta casa de estudios superiores. Somos una universidad joven, que vive el presente con pasión y gratitud, que mira al futuro con esperanza, pero que no olvida su pasado y el legado de éste.

Quiero desarrollar mi reflexión en torno a 2 ejes:

  1. Fe y razón       2.         La Universidad Católica
  1. Fe y razón

Resulta claro que el afán de saber, alcanzar el conocimiento y poseer la verdad, es un deseo innato del hombre. Tal anhelo se manifiesta y concreta en las instituciones dedicadas a la formación del hombre, de las cuales la Universidad es ahora su principal emblema; y esta surge en el ámbito cristiano, debido a que «la fe cristiana nos habla de Cristo como el Logos por quien todo fue hecho (cf. Jm 1,3), y del ser humano creado a imagen y semejanza de Dios. Esta buena noticia descubre una racionalidad en todo lo creado y contempla al hombre como una criatura que participa y puede llegar a reconocer esa racionalidad. La Universidad encarna, pues, un ideal que no debe desvirtuarse ni por ideologías cerradas al diálogo racional, ni por servilismos a una lógica utilitarista de simple mercado, que ve al hombre como mero consumidor».2

La fe exige ser pensada ya que es el mismo Señor quien se nos presenta como “razón creadora»; sin embargo, no basta pensar la fe y su contenido como algo abstracto que no encuentra realidad concreta. La fe que se piensa es la misma que se vive, que se encarna cada día. Y es aquí donde invito a reflexionar a los docentes: su tarea es ardua, difícil y audaz. Estamos inmersos en esta cultura de la superficialidad, que parece estimular sólo la sensibilidad y frenar la reflexión, centrar su atención en sólo lo que aparece y despreocuparse de las raíces de las cosas.

Hoy tenemos que formar y educar a nuestros estudiantes para que puedan llegar al sentido profundo de las cosas y sepan escudriñar los signos de los tiempos. El ideal no encuentra espacio cuando frenamos la reflexión, cuando no hacemos discernimiento para tomar decisiones. Recordemos que no actuar según la razón, no incentivar la reflexión, es contrario a Dios. Por ello «Una universidad católica debe ser un espacio de encuentro entre la razón y la fe”.3No perdamos nunca de vista que la fe cristiana habla del hombre como capaz. de Dios, que su misterio solo se esclarece «en el misterio del Verbo encarnado» y que el pensar y creer en ello «manifiesta plenamente el hombre al propio hombre y le descubre la sublimidad de su vocación».42. La universidad católica

El siglo XIII fue el tempo de creación de diversas universidades, no solamente para que los clérigos y religiosos puedan estudiar las ciencias teológicas y filosóficas, sino también para los laicos estableciéndose facultades como las artes, derecho, medicina y ciencias naturales. Por otro lado, «Desde 1834, siguiendo el modelo de Louvain, las universidades católicas del siglo XIX se concibieron como alternativa a las universidades estatales, positivistas y anticlericales, y en muchos países la Iglesia tuvo que luchar por lograr la autonomía de las universidades católicas respecto de la pretendida exclusividad o injerencia del Estado en la educación superior».5

Aunque esto no es el caso que nos toca vivir hoy, han pasado ocho siglos del nacimiento de las primeras universidades, dos siglos del nacimiento de las universidades católicas, y 25 años desde que Chiclayo tiene su universidad católica.

Soy consciente que la educación «debe procurar la formación integral de la persona humana, en orden a su fin último y, simultáneamente, al bien común de la sociedad»6; y cuánta alegría siento al saber que aquí se cumple ello. En estos 25 años se ha procurado el desarrollo integral y armónico de la inteligencia, la moral y la caridad. La USAT es un referente a nivel nacional pues demuestra que es posible unir fe y cultura, conocimiento y amor, como instrumentos para servir.

La calidad educativa, la vanguardia tecnológica y el verdadero humanismo brindadas aquí marcan siempre un paso hacia adelante para todo el país; prueba de ello es el licenciamiento de la Universidad logrado en 2018, y como dice el Papa Francisco: «Lo que les da identidad no es la mera confesión católica…, es quizá ese humanismo auténtico, el humanismo que hace comprender que el hombre tiene valores y que estos deben respetarse».7

Quiero terminar con las palabras del Papa Benedicto XVI que nos dice: «No existe la inteligencia y después el amor: existe el amor rico en inteligencia y la inteligencia llena de amor.» (Cáritas in veritate, n. 30). Que el amor guie todo esfuerzo de excelencia académica con valores y sean testimonio de lealtad, la verdad y comunión, en defensa de la vida, de la dignidad humana y de la naturaleza.

1 Álvarez Gómez, M. (2014). Unamuno y Ortega: la búsqueda azarosa de la verdad: (ed.). Madrid, Biblioteca Nueva. Recuperado de https://elibro.net/es/ereader/techtitute/105963?page=173

2 Benedicto XVI. Discurso a los jóvenes profesores universitarios. Madrid, 19 de agosto de 2011.

3  Antoncich, Ricardo, S.J. (2011). ¿Qué hace católica a una universidad? Recuperado de https://repositorio.pucp.edu.pe/index/bitstream/handle/123456789/110785/LA%20CATOLICIDAD %20DE%20LAS%20UNIVERSIDADES%20CAT%C3%93LICAS.pdt?sequence=1&isAllowed=y, 19.

4 Gaudium el Spes, 225 Bacigalupo, Luis. (2011). ¿Qué espera la Iglesia de sus universidades? Entre el aggiornamento y la restauración, Recuperado de

https://repositorio.pucp.edu.pe/index/bitstream/handle/123456789/110785/LA%20CATOLICIDAD%20DE%20LAS%20UNIVERSIDADES%20CAT%C3%93LICAS.pdt?sequence=1&|sAllowed=y,31

6 Código de Derecho Canónico, 795.

7 Papa Francisco. Discurso a la delegación de la federación internacional de las Universidades

Católicas. Roma, 19 de enero de 2024.


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