Apertura de año académico Discursos
Discurso Apertura de año académico 2016 – Dra. Patricia Julia Campos Olazábal
Chiclayo 22 de Marzo del 2016 – 11:00 am
Aula Magna de la Universidad Católica Santo Toribio de Mogrovejo
“La educación es una gran obra en construcción, en la que la Iglesia desde siempre está presente con instituciones y proyectos propios. Hoy hay que incentivar ulteriormente este compromiso en todos los niveles y renovar la tarea de todos los sujetos que actúan en ella desde la perspectiva de la nueva evangelización. En este horizonte, os doy las gracias por todo vuestro trabajo e invoco, por intercesión de la Virgen María, la constante ayuda del Espíritu Santo sobre vosotros y sobre vuestras iniciativas” con las palabras del Santo Padre en el Congreso Mundial de Educación del 2015 les doy la bienvenida a todos y cada uno, a esta ceremonia inaugural del Año Académico 2016.
Educar es un acto de amor, y en este contexto les doy la bienvenida primero a los nuevos alumnos y a los nuevos docentes, a quienes en este caminar que hoy se inicia llevaremos dela mano hacia la construcción de una identidad que los marcará para siempre y de la que se puedan sentir orgullosos mañana. Construir recuerda edificar, recuerda poner una piedra encima de la otra, así será como desde ahora docentes y alumnos lo irán haciendo, nadie dice que será fácil pero al final del camino y teniendo en cuenta que la universidad se compromete con su proyecto de vida queremos hacer realidad lo que siempre dijimos, queremos formar personas y mejores profesionales.
A los alumnos y docentes que ya son nuestros darles también la bienvenida una vez más, decirles que educar en nuestros días y en un contexto católico, es un desafío y una esperanza, un desafío porque todos los día uno tiene que luchar por ser mejor, tiene que luchar por conseguir la excelencia académica siguiendo los dictados de nuestro fundador , porque en el mundo altamente competitivo y tecnificado de hoy muchas veces debemos luchar por recordar que nos estamos formando precisamente para servir a las personas, para respetar su dignidad, nos estamos formando en un entorno, en una sociedad que nos necesita y con la cual tenemos el deber de intervenir en su transformación. El Santo Padre habla de la cultura del encuentro, definiéndola como el momento en que la educación enseña a “encontrar” a la gente, a llevar adelante obras de interés social, a evangelizar.
La esperanza es una virtud, y tiene que ver con el futuro, esperamos siempre lo que nos depara el futuro y éste nos dará aquello que hemos sembrado. Como educadores esperamos que la impronta de la educación católica, que el sello de nuestra universidad sea lo que los distinga del resto de profesionales, que cuando los vean en acción sepan que son egresados nuestros, que el mundo sepa que son excelentes no solo académicamente si no como personas. Parafraseando al Papa les pedimos que no se detengan, que sigan adelante, que sean abiertos siempre a nuevas propuestas y nuevas oportunidades.
En esta ceremonia que tiene que ver con lo académico, con la educación, me gustaría compartir brevemente las conclusiones del Congreso Mundial de Educación desde los cuatro elementos constitutivos de la educación que el Santo Padre definió:
- Identidad y Misión: ambas palabras en el contexto de una educación católica representan las dos caras de una misma expresión ya que una se sustenta en la otra. Obedecen al mandato “id por el mundo y predicad el evangelio a todas las criaturas” Algo importante de resaltar es el hecho de que las instituciones educativas católicas deben reflexionar sobre su importante papel en la evangelización así como comprender que hoy la educación se debe ver fuera de las cuatro paredes, en un contexto social y territorial más amplio que involucre a toda la sociedad y donde se pueda hacer realidad una verdadera responsabilidad social universitaria y católica. La relación entre identidad católica y misión debe representar el alma de este nuevo formato educativo por llamarlo de alguna manera donde lo importante de la educación se centre en el alumno y donde éste debe aprender fundamentalmente a respetar la dignidad humana en un contexto social diferente y de mayor participación activa.
2.Sujetos que interactúan en la educación católica: para la educación modernamente entendida ya no existen solo dos sujetos, profesor y alumno, ahora DEBEMOS TOMAR EN CUENTA EL ENTORNO, Y ASÍ INTERVIENE EL ALUMNO Y SU FAMILIA, LOS DOCENTES Y LOS ADMINISTRATIVOS Y LA Iglesia representada por sus sacerdotes y sus autoridades, elementos éstos distintos y complementarios , y también plurales. La comunidad educativa de hoy como ya se dijo no está más entre cuatro paredes y precisamente la riqueza está en la complementariedad .Las comunidades educativas de hoy no son solo de instrucción son sobre todo de formación integral de la persona, formación que tiene que ver con principios, valores y fe. De esta manera estas comunidades así formadas también se convierten en comunidades de evangelización porque intervienen en la sociedad y en la Iglesia la cual pertenecen.
3.Formación de los formadores : dice el Papa “de los maestros depende , sobre todo, el que la escuela católica pueda llevar a efecto sus propósitos y sus principios” , y para poder ser instrumentos de una verdadera educación los profesores deben ser ahora más que nunca no solo técnicamente capacitados si no aprender a ser catalizadores del aprendizaje, personas que innovan , que se arriesgan a presentar r propuestas nuevas , que aman su trabajo y le dan la dimensión social correspondiente pero, lo más importante de todo es que necesitamos maestros con formación, con formación en el aspecto humano, vocacional y sobre todo de valores evangélicos . En ese sentido la Iglesia pide que como docentes avancemos hacia una “visión compartida” que pueda dar sentido a la misión que las instituciones católicas tienen.
4.Grandes desafíos : el Papa exhortó a que tengamos en cuenta dos grandes desafíos, el de la formación y la fe, y el desafío de la periferia, los pobres y de las nuevas pobrezas ; en ese sentido me gustaría terminar con lo expuesto en el Concilio Vaticano II “ El Santo Concilio exhorta encarecidamente a los pastores de la Iglesia y a todos los files que ayuden, sin escatimar sacrificios, a las escuelas católicas en el mejor y progresivo cumplimiento de su cometido y, ante todo, en atender a las necesidades de los pobres, a los que se ven privados de la ayuda y del afecto de la familia o que no participan del don de la fe”.
Bienvenidos a esta su Casa de estudios, bienvenidos a n nuevo modo de ver la educación, con cultura y con fe, bienvenidos a esta esta misión de amor
Muchas gracias