Entrevistas Ingeniería Sistemas
DSR: A un paso más de la investigación científica
Entrevista a Rafael Andrés González Rivera
La investigación es un aspecto importante dentro del desarrollo profesional, constituye un área que cada día cobra más importancia. Como es conocido, muchos consideramos al Método de Investigación Científica – MIC como el único modelo para investigar. Sin embargo, hace un tiempo en el campo de la ingeniería está cobrando importancia la investigación a través del Design Science Research (DSR).
Para profundizar el tema, entrevistamos a Rafael González Rivera (Colombia) quien es Ingeniero de Sistemas especialista en estos temas; y estuvo en la USAT desarrollando el curso “Tópicos de investigación en Ingeniería desde el paradigma Design Science Research – DSR”.
¿Podría contarnos un poco sobre el Design Science Research?
La mejor traducción o conceptualización es la Investigación Científica basada en el diseño y la intención. Es generar nuevas formas de legitimar la actividad de investigación en ingeniería, a través de otra estrategia para generar conocimiento. Es preciso resaltar, que eso no implica que sea menos rigurosa que los métodos tradicionales de las ciencias naturales.
¿Cuál es la diferencia de esta estrategia con el Método Científico tradicional?
La diferencia fundamental es que las ciencias naturales buscan identificar, describir o descubrir cómo es el mundo, como son las cosas, aproximándose a la verdad. En resumen, que lo que digo se acerque a lo que es. Por otro lado, en ingeniería vemos la realidad y decimos “yo la quiero cambiar o transformar”. Entonces no es la misma lógica de los que observan la realidad porque los ingenieros usamos esa realidad para luego ver cómo deberían ser las cosas. Aquí el criterio más importante, desde el punto de vista del DRS, es la utilidad y no solo la verdad de las cosas.
Entonces ¿cómo aplicamos este concepto de utilidad?
Lo que más importa es si funciona o no, mejora o no la vida de las personas, da solución o no a un problema. Comparado con el método científico tradicional, la ingeniería no puede ser una ciencia aplicada en donde únicamente importa si la realidad o el objeto es verdadero o falso, va más allá. Por ello, para muchos en las ciencias naturales no somos científicos.
Y ¿qué dice al respecto el DRS?
Que somos científicos, porque lo que estamos haciendo es producir conocimiento relevante y riguroso de manera simultánea, solo que no compartimos la misma filosofía (con el método científico), y en lugar de forzarnos a pensar como físicos, químicos o matemáticos, pensamos como ingenieros y legitimamos nuestra actividad académica.
¿Cómo validan y demuestran que sus instrumentos son tan válidos como los otros métodos?
Eso depende del caso, sin embargo a mí me gusta mucho ‘la escalera de pruebas’ que proponen autores asociados al DSR. Se inicia con una prueba de concepto que es únicamente un prototipo y demuestra la viabilidad técnica de lo que estás proponiendo como solución, pero hasta ese momento no has demostrado que eso funcione. Luego sigue una prueba de valor, donde identificas si es viable, si ayuda, si incrementa la productividad y competitividad en una empresa. Y, para finalizar, la prueba de uso donde determinas si lo van usar teniendo los resultados esperados. No es solo quedarse satisfecho con los resultados en el laboratorio, sino llegar hasta la implementación y evaluación de los resultados en la práctica.
¿Qué tan nueva es esta estrategia?
Podemos decir que esto empezó con Herbert Simons, Premio Nobel de Economía, quien es el pionero en ingeniería en general, solución de problemas, toma de decisiones, modelos heurísticos, inteligencia artificial, entre otras. El sostenía que hay una diferencia entre las ciencias de lo natural y las ciencias de lo artificial, marcando un hito en los años 90 con la publicación de su libro “Las ciencias de lo artificial».
En Latinoamérica, ¿cómo va el desarrollo del DSR?
No puedo hablar de Latinoamérica en general porque, al participar en las comunidades internacionales que trabajan este tema, desafortunadamente, nuestra región es la gran ausente. Sin embargo, como pertenezco a comités editoriales sé que hay personas que están trabajando estos temas aunque aún no tengan visibilidad.
¿En tantos años, el desarrollo es lento?
Es cierto que esto inicia desde Herbert Simons, pero en realidad despega en el 2004 y tiene una rápida acogida por dos razones. La primera es que se entiende fácilmente, los que son ingenieros no encuentran la novedad y, la segunda, es que legitima esa forma de hacer las cosas, entonces les motiva a estructurar su investigación de otra manera. Por ejemplo, en Colombia tiene mucha aceptación y, en particular en nuestra universidad, podría decir que entre el 90 a 95% de nuestros trabajos de maestrías escogen libremente usar esta metodología. Yo esperaría a que el crecimiento siga velozmente avanzando.
¿Cuáles son los beneficios o resultados?
A mis estudiantes les estuve comentando sobre algunos proyectos en los que estoy involucrado, en los cuales no se obtienen los proyectos clásicos y deseables de la investigación para publicaciones, sino productos que ya se están usando en hospitales, comunidades. Tenemos solicitudes de patente, tenemos registros de software, etc., es decir, cosas concretas que nos han dado la posibilidad de tener recursos para seguir dándole continuidad a los proyectos, para que no se queden solo en la biblioteca.
¿Cuál es el papel de las universidades en este tipo de investigación?
El papel de las universidades es muy importante, porque este tipo de investigación requiere que comprendan que los profesores tienen que estar un pie en la universidad y un pie afuera.
Rafael Andrés González Rivera (Colombia)
Ingeniero de Sistemas por la Pontificia Universidad Javeriana (Colombia)
Máster en Ciencias de la Computación por la Delft University Of Technology (Países Bajos)
Doctorado en Sistemas de Ingeniería por la Delft University Of Technology (Países Bajos)
Profesor asociado de la Universidad Javeriana