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Los hijos podrían convertirse en rivales
Entrevista a Mónica Ciurlizza Garnique
La familia siempre será la célula básica de la sociedad, es la primera escuela, donde se aprenden los patrones de conducta, etc. Sin embargo, en los últimos años, esta ha perdido su valor y, para muchos, la familia como estructura nuclear pierde sentido y aporte a la sociedad.
Los hijos, la competencia entre ellos y los celos, son situaciones cada vez más recurrentes en el hogar. Con este comportamiento se rompen parámetros de tolerancia y comprensión. Para conocer más sobre el tema conversamos con la psicóloga Mónica Ciurlizza, quien nos dará pautas para mejorar estas situaciones.
Actualmente el concepto familia ha cambiado ¿se podría decir que se ha convertido en un modelo que no corrige los antivalores que luego tendremos en la sociedad?
Las familias han olvidado su real concepto, especialmente como una institución forjadora de valores intrapersonales e interpersonales. Los nuevos modelos de familia, entre ellas, la sobreprotectora, la represiva y la caótica, por imponer normas o por el miedo a perder el amor de los hijos se promueven antivalores. Esto genera que estos modelos inadecuados se multipliquen en la sociedad.
¿Cómo es que los celos y envidias entre hermanos sobre pasan los límites normales?
Siendo honestos, esto sucede en hogares donde se ha tolerado y promueve el ejercicio de antivalores. La manifestación de celos y envidias es porque los hermanos se consideran rivales, competidores donde debe haber un ganador sí o sí. Olvidando que son personas, con el derecho a ser escuchadas y comprendidas.
Estos sentimientos, ¿qué consecuencias generan en el hogar?
Estos sentimientos expresan el temor a ser abandonado, a perder esas figuras de apego que te ayudan al desarrollo personal y resultan imprescindibles; se presentan en una etapa donde se busca reconocimiento y poder. Por ello se utilizan recursos como la mentira, el insulto, la desconfianza, la crítica, mal clima familiar, violencia verbal, psicológica y física.
¿Cuál debe ser el rol de los padres para evitar propiciar entre los hermanos sentimientos negativos y controlarlos?
Los padres deben ser un buen referente a imitar por sus hijos, propiciar un hogar donde se practiquen valores, asumir y aceptar sus faltan frente a las personas que sufrieron las consecuencias, evaluar las normas de convivencia y plantear límites para que todos se sientan parte del proyecto familiar, generar espacios de diálogo, actividades recreativas, entre otras. Evitar que los espacios individuales junto a la tecnología sean los principales.
¿Qué factores deben identificar los padres, como indicio, de una situación incontrolable en la cual necesitan ayuda?
La comunicación se altera, aparecen barreras comunicacionales, falta de escucha asertiva llegando a la agresividad verbal. El clima familiar es molesto, no se comparten espacios familiares. La relación de pareja empieza con reclamos, críticas y culpas por los errores de los hijos. Estas características son el inicio de un círculo de violencia.
¿Cómo se puede incentivar la competencia entre hermanos sin generar problemas como comparaciones y resentimientos?
Como padres debemos aceptar a nuestros hijos, evitar comparaciones para generar espacios donde nos muestren sus talentos, otorgar privilegios según la edad, personalidad y resultados, establecer reglas y familiarizarse con ellas, asignar responsabilidades y, por último, enseñarles a resolver conflictos.
¿Qué estrategia deben utilizar los papás para que las situaciones de celos y envidias queden en el pasado y no afecten la parte emocional de los niños?
Creo que es imprescindible fortalecer algunos aspectos, entre ellos, la autoconfianza en los hijos, educarlos en la afectividad basada en la cooperación, modificar estrategias de conductas reforzando la los comportamientos positivos, evaluar las situaciones reconociendo verdaderamente las causas, los problemas, los éxitos y afectos.
Las familias peruanas tienen características específicas ¿Qué aspectos se deben trabajar para que los hijos puedan desarrollar su personalidad sin generarles antivalores?
La característica más común y fuerte en las familias peruanas es la sobreprotección, esta actitud cultiva antivalores como: irresponsabilidad, injusticia, desobediencia, actitudes permisivas por parte de los padres, etc. Para mejorar estos aspectos debemos incidir en la orientación y consejería familiar, fortalecer valores interpersonales, planificación de un proyecto de vida concertado, orientar las reglas de convivencia para contextualizar límites y, mantener la calidad de vida de los integrantes.
Mónica Ciurlizza Garnique
Licenciada en Psicología
Master en Ciencias de la Familia por la Universidad de Málaga (España)
Coordinadora de Tutoría de la Escuela Psicología USAT